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Collet, un presidente en el tumulto

La división en el Espanyol se escenifica en una crispada asamblea cargada de gritos e insultos

Un momento de la asamblea de ayer del Espanyol.
Un momento de la asamblea de ayer del Espanyol.a. estévez (EFE)

Joan Collet, de 50 años y socio número 1.757 del club, es el nuevo presidente del Espanyol. Así se decidió en una Junta General de Accionistas cargada de abucheos, insultos, enfrentamientos y hasta un intento de agresión. Varios de los accionistas que intervinieron en el turno de ruegos y preguntas proclamaron su vergüenza por el cariz de los acontecimientos. El ánimo incendiario de muchos de los que acudieron a la asamblea se comprobó desde el mismo inicio de la Junta celebrada en la Fira de Cornellà, coincidiendo con la crítica situación deportiva del equipo, último con nueve puntos tras 12 jornadas de Liga, social y económica, con una deuda de 144 millones de euros.

Ramon Condal, el presidente del club que se vio obligado a dimitir el pasado 3 de octubre debido a la contestación de la masa social expresada en los partidos de Cornellà y solo un día después de haber afirmado que continuaría en el cargo, tomó la palabra para hacer el balance de su efímera gestión. Los gritos de “¡fuera, fuera!”, “directiva dimisión” y “Collet vete a tu pueblo” hicieron por momentos inaudibles las palabras cuando Condal pidió unidad.

Condal y su predecesor en el cargo, Daniel Sánchez Llibre, cuentan con el paquete accionarial mayoritario y apoyan a Collet. Sergio Oliveró, opositor a la línea continuista a pesar de que era vicepresidente en la etapa de Condal, cuenta con el apoyo de la Asociación de Pequeños y Medianos Accionistas (APMAE) y la mayoría de integrantes de la Curva Jove, el grupo de socios que más se deja oír durante los partidos en Cornellà-El Prat. Con 1.370 accionistas en representación de 3.097, el 76,43% del accionariado, la Junta eligió presidente a Collet con un apoyo del 61% (189.641 acciones), frente a un 37% (116.758) de Oliveró y un 0,38% (1.181) de Baqué. Tras la proclamación, Collet dio las gracias a sus rivales, pidió unidad y perdón a su familia “por el mal trago que les estoy haciendo pasar”. Su discurso, entre gritos de dimisión, fue breve. “No quiero no dar satisfacción a los que nos miran desde fuera. Probablemente mucha gente que no quiere a este club, se está riendo de nosotros en este momento”, concluyó.

Hubo un intento de agresión a un socio que mostró una bandera blanquiazul estelada

Antes, y en medio de una tremenda crispación, los tres candidatos, Collet, Oliveró y Arnau Baqué, expusieron sus programas. Baqué apostó por un cambio y pidió que, si no le votaban a él, lo hicieran por Oliveró. Este acusó a la candidatura continuista de haber dirigido el club como “un cortijo” y de no haberse hecho respetar en la Federación y en la Liga. También apeló a la instauración de un código ético de actuación para los directivos. “El Espanyol es un sentimiento, no un negocio”, afirmó. También se acusó a Collet de especular con las acciones. “Se compran un día para revenderlas al siguiente y lo peor es que puedan hacerse con un paquete mayoritario y las vendan en un solo lote al jeque o al Piterman de turno”, afirmó Roman Escuer, de la candidatura de Oliveró, que contaba con el apoyo de significados exjugadores del Espanyol como Tamudo y Rufete, además de la exfigura de la natación sincronizada Gemma Mengual, de la misma manera que Collet nombrará a Iñaki Pérez como consejero deportivo, y contará con Morales y Lardín.

“Me sabe mal haber tenido que soportar el deplorable comportamiento de la gente que ha estado aquí y la división y la falta de respeto que se ha podido comprobar en esta asamblea”, espetó un socio en el segundo turno de intervención, antes de exhibir una bandera con los colores del Espanyol y con el dibujo de la estelada independentista. Dos o tres personas se acercaron increpándole a la tarima. Intervino incluso un accionista sacerdote, conocido como Dámaso perico, con alzacuellos incluido, que pidió: “Paz, hermanos”. En el club blanquiazul se respira una palpable división identitaria, entre aquellos que afirman que no se debe politizar y que la única bandera que debe ondear en el campo es la blanquiazul y entre los que defienden la identidad del club en su contexto social. Collet se sitúa en el sector más catalanista.

Oliveró acusa a la Junta de no hacer respetar al club y dirigirlo como un cortijo

Las acusaciones prosiguieron. Uno de los socios acusó a la candidatura continuista de haberse embolsado comisiones por algunos fichajes y traspasos, en concreto el de Pandiani. En ese momento, y por alusiones, tomó la palabra el expresidente Sánchez Llibre. Explicó lo que invirtió en el fichaje de Zabaleta y lo que se obtuvo por la venta de Pandiani, afirmó que su empresa aportó entre cuatro y cinco millones al club, patrocinó la camiseta con 900.000 euros cuando ningún empresario se mostró dispuesto a ello y que, de no haber sido por su gestión, el club hubiera perdido entre 10 y 11 millones. “¡Vete!”, le gritaron. “No me puedo ir porque ya no estoy”, contestó el que fuera presidente del club desde 1997 a 2011.

La Junta de Accionistas aprobó las cuentas del ejercicio 2011- 2012. La deuda se ha reducido en 3,8 millones respecto al ejercicio anterior y se sitúa en 144 millones. El superávit de la temporada asciende a 200.991 euros. Los beneficios han aumentado un 4% y los gastos se han reducido un 6,5%. El club ha ingresado 19 millones por la venta de jugadores como las de Osvaldo al Roma y Callejón al Real Madrid y, tras haber perdido 4.000, cuenta ahora con 33.876 socios.

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