Una pista como una bala

David Ferrer pisa la pista del O2 de Praga y no tiene dudas: “Es jugable, pero no hay una más rápida en todo el circuito. Es más rápida que la de Mar del Plata, más que la de París-Bercy [donde ganó el alicantino], más que la de Londres”.

Los federativos españoles, que ya impulsaron la implantación del Ojo de Halcón en la Davis tras invertir 50.000 euros de su presupuesto que se usó en un Bélgica-España, no perdieron de vista las pruebas de velocidad que realizó el lunes la Federación Internacional, que sabe que en la española llegarían hasta el TAS si consideran pertinente una reclamación. Los españoles vigilan hasta que las máquinas con las que se limpia la pista no sean abrasivas, porque eso rebaja la pintura y aumenta la velocidad, 43 puntos sobre 55.

La superficie de juego es un elemento decisivo: por eso, durante la final de la Copa Federación, que enfrentó en el mismo estadio a la República Checa con Serbia, ya hubo un federativo que viajó a Praga para estudiarla. Según sus conclusiones, aquella era más lenta que esta, donde la pelota corre como una bala: ideal para que Tomas Berdych y Radek Stepanek saquen el máximo rendimiento a su tenis de vértigo.