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El Madrid y el vértigo del juego en largo

Mourinho adoctrina a sus futbolistas para transitar sin demora por el medio campo para evitar los contragolpes del Borussia Essien y Modric, la duda para acompañar hoy a Xabi

Diego Torres
Mourinho, durante la rueda de prensa
Mourinho, durante la rueda de prensaJ. SORIANO (AFP)

El Westfalenstadion era un volcán cuando recibió al Madrid hace dos semanas. Pero los gritos de Mourinho quejándose de Luka Modric se elevaban por encima del estruendo. Alrededor del banquillo se escuchaban con nitidez las imprecaciones furibundas del entrenador madridista cuando se volvía a sus colaboradores, al obediente Karanka, o al leal Faria. “¿Pero es que no se da cuenta dónde está? ¿Es que acaso no sabe lo que nos estamos jugando?”, exclamaba el mánager cada vez que el croata intentaba pasar en corto, triangulando, administrando la pelota con un poco de pausa.

Aquella noche, mientras el Madrid caía en Dortmund (2-1), los habitantes del banquillo recuerdan una de las broncas más estridentes que ha dado Mourinho a un jugador desde que está en el Madrid. Si las dolencias de Essien, esas rodillas maltrechas, o esos juanetes inflamados, le impiden jugar hoy el partido de vuelta (20.45 horas, La 1), Mourinho contará con Modric a disgusto para librar un duelo que puede abrir las puertas de la clasificación o entrecerrarlas.

La “agresividad mental” es uno de los conceptos sagrados de Mourinho. El entrenador sabe que las grandes barreras del fútbol suelen salvarse con entusiasmo. Que, a falta de calidad, de oficio, o de trabajo táctico, la disposición de ánimo es un ingrediente decisivo. Mourinho es consciente de que a su equipo le falta algo y no deja de reclamar a sus jugadores esa cuota de energía psicológica. Algunos, como Essien, Di María, Khedira o Pepe, responden fácilmente porque el carácter los ayuda. Modric, como Özil o Benzema, están desconcertados.

A Mourinho le molestan dos cosas de Modric: su falta de fervor defensivo cuando el equipo pierde el balón y su falta de velocidad para jugar con los puntas cuando lo recupera. El mánager teme que estas vacilaciones provoquen pérdidas en el centro del campo. Está convencido que ante el Borussia los errores en las entregas se convertirán en complicados contragolpes. Para evitarlos, adoctrina a sus jugadores desde el partido de Copa en Alcoy. Les pide que jueguen en largo saltándose la primera línea de presión del adversario y, de paso, ahorrándose el peligroso tránsito por el medio campo. En esas circunstancias, en el medio centro quiere a Xabi con Essien. Pero Essien tiene dolores.

“Primero, no sé si jugará Modric”, dijo ayer Mourinho. “Segundo, para no perder balones en el centro del campo a Modric le diría lo mismo que le digo a Xabi Alonso o a Özil”. El preparador portugués, sin embargo, se encontró con la baja de última hora de Benzema por un problema muscular.

Mourinho no quiso revelar la fórmula para evitar que a su equipo le roben la pelota. Por lo visto últimamente, los pelotazos son el instrumento más tentador. La proyección de Modric desde que comenzó a jugar en el Madrid indica que cada vez da menos pases. Contra el Granada o el Deportivo dio un pase cada minuto y poco. Contra el Borussia dio un pase cada minuto y medio. Contra el Zaragoza dio un pase cada dos minutos. Señal de vértigo.

Tras las polémicas de la semana pasada sobre la cantera, Mourinho aseguró que, pese a su cargo de mánager, solo se considera responsable de la planificación deportiva “del primer equipo”, y no de las categorías inferiores. El Madrid presentó ayer unas nuevas instalaciones para el fútbol base, pero Mourinho no acudió

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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