El club de los jóvenes amigos

La burbuja del Borussia Dortmund estalló en el verano de 2003. En los años amargos que siguieron, bajo la amenaza de la bancarrota y la desaparición, nadie en la arbolada metrópoli del Ruhr soñó con una fiesta como la que estalló en las calles de la ciudad el 30 de abril de 2011. Mats Hummels y Neven Subotic circulaban en un Mercedes plateado, camino de la cena del equipo, cuando algunos hinchas de entre la multitud vestida de amarillo los reconocieron en una esquina. Hummels, el cerebral, iba al volante. Por los altavoces se oía a Kool Savas entonando Neongelb cuando Subotic, el impetuoso, más excitado que el público, salió por la ventana y se encaramó al techo para comenzar a bailar y a cantar. Acababan de ganar la Bundesliga y había que celebrarlo con la afición, con los vecinos, con los viandantes. En pleno bulevar. La aglomeración espontánea se arremolinó alrededor del coche con banderas y litronas de cerveza. Por todas partes se oían las bocinas de los coches atascados. Pero no sonaban tan fuerte como la voz de Subotic. Con el torso desnudo y el pelo empapado en alcohol, agitaba los brazos animando a las masas en éxtasis mientras entonaba una de las típicas canciones de la tribuna sur del Westfalenstadion: “¡Deutscher Meister ist nur der BVB!” [¡El campeón alemán es solo el Borussia!].

Si el Madrid aspira a clasificarse sin sobresaltos deberá traspasar la línea que marcarán Hummels y Subotic esta noche en el Bernabéu. Nadie representa mejor el espíritu renovado del Borussia que su pareja de centrales. Los dos costaron 10 millones de euros. Sobre sus hombros se consolidó el grupo fundador del campeón alemán: Nuri Sahin, Marcel Schmelzer y Kevin Grosskreutz, mezcla de canteranos y adolescentes fichados a precio de ocasión, todos nacidos en 1988.

Hummels, Subotic y Schmelzer tenían 19 años cuando se convirtieron en la pareja titular del Borussia, en 2008. La línea de defensa más joven de la Bundesliga fue inmediatamente bautizada por la afición: Kinder Riegel, como la barra de chocolate para niños Kinder. La apuesta fue arriesgada pero formó parte de un gran consenso. El entrenador, Jürgen Klopp, el presidente, Hans-Joachim Watzke, el director deportivo, Michael Zorc, y el director de la cantera, Lars Ricken, todos ex jugadores, constituyen un régimen asambleario. Se reúnen varias veces por semana porque no conocen mejor manera de proponer ideas creativas. Solo así consiguieron sacar al club de la ruina en la que se hundió bajo la gestión del megalómano Gerd Niebaum.

Niebaum, presidente del Borussia entre 1986 y 2006, impulsó una estrategia basada en el endeudamiento. Tuvo éxito mientras el club dispuso de capital. La Liga de Campeones de 1997 marcó el principio de un largo declive en busca de activos, que pasó por la conversión en sociedad anónima y acabó con la hipoteca del estadio. Cuando Niebaum abandonó la nave, la falta de liquidez impuso un cambio urgente.

Ambos tenían 19 años cuando,en 2008, se asentaron en la defensa titular

Para ahorrar, Zorc propuso reproducir un modelo de cantera inspirado en el Barcelona. Al frente del programa de formación situaron a Ricken, ex internacional alemán. Marco Reus, el extremo, es la última perla. No es extraño verlos a todos reunidos cenando en cualquier rincón de Dortmund como un grupo de amigos en edad universitaria. La masa salarial del club es de 50 millones de euros y se sienten unos privilegiados. Pero cobran la cuarta parte que sus colegas de Madrid.