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El Atlético no se concede treguas

El equipo de Simeone sentencia la eliminatoria ante el modesto Jaén (0-3) con un partido serio y un gran gol de Adrián

LADISLAO J. MOÑINO
J. M. Pedrosa (EFE)

La historia de los batacazos de los equipos de Primera en la Copa está escrita por equipos que no comprendieron que en esta clase de partidos el más débil trata de imponerse primero por sudor e intensidad. No se lo consintió el Atlético al Jaén y a partir de ahí evitó cualquier sorpresa. Aplicó el equipo de Simeone la receta adecuada: hacerle saber a ese contrario envalentonado por no tener nada que perder y mucho que demostrar que no estaba dispuesto a perder la batalla de correr. Juegue quien juegue, no se concede tregua alguna este equipo, enrachado y crecido como está.

JAÉN, 0 - ATLÉTICO, 3

Jaen: Toni; Gaitán, Servando, Torres, Nando; Quesada, Juanma; Machado, Israel (Elady, m. 76), Santi Villa (Nino, m. 46); y Cascón (Miguel, m. 65). No utilizados: Manu; Bolaños y Didal.

Atlético: Courtois; Silvio, Pulido, Cata, Cisma; Gabi (Saúl, m. 65), Mario Suárez; Koke (Adrián, m. 59), Raúl García, Cebolla Rodríguez (Oliver, m. 77); y Diego Costa. No utilizados: Asenjo; Kader y Gallas.

Goles: 0-1. M. 27. Diego Costa, de penalti por mano de Dani Torres dentro del área. 0-2. M. 61. Adrián. 0-3. M. 93. Raúl García.

Árbitro: Delgado Ferreiro. Expulsó a Dani Torres (m. 26) por roja directa. Amonestó a Gaitán, Toni, Gabi, Raúl García, Silvio, Cisma y Mario Suárez.

Unos 12.000 espectadores en Estadio de la Victoria.

El penalti convertido por Diego Costa y la expulsión de Dani Torres a la media hora despejaron el panorama para el Atlético. Hasta ese momento aparecieron esos tics clásicos de estos enfrentamientos, donde el 10 del equipo frágil esa noche quiere ser más 10 aún, justificar ese dorsal y quizá reivindicar que su fútbol está por encima de la categoría en la que juega. Ese fue el caso de Fran Machado, que le puso intención y finura a cada cosa que intentó. Servando, a su vez, se mostraba como un central sin miedo a salir jugando con toques o a la carrera driblando. Y Gaitán, dispuesto a enseñarle al Cebolla Rodríguez que tendría que sacar esa vertiente de futbolista de ida y vuelta. Se atrevió el Jaen a no traicionarse a mirarle a la cara al Atlético desde la pelota. Quiso combinar a todo campo y le generó ciertos problemas a Courtois con un par de disparos, uno de ellos tras una pared en la frontal del área que desconcertó a la defensa de Simeone, del que sorprendió que no utilizara a Asenjo. Quizá fue la par señal más rotunda de su mensaje de que respetaba la Copa y al Jaen.

Que el Atlético no se iba a dejar comer desde la intensidad lo demostró que fue a buscar al Jaen arriba, a presionarlo. Robó así varios balones en la salida del Jaén que sirvieron para domar su ímpetu inicial. Con el penalti y la expulsión, tras un centro atrás de Silvio que Dani Torres interceptó con las manos, el partido ya fue por completo del Atlético. No se rindió el Jaén, pero ya le entregó el campo y la pelota. Ahí sí pareció que para el Atlético dominar desde el balón no es su principal virtud. Los rojiblancos son más dominadores desde los espacios que desde la pelota. No se dejaban arañar, pero tampoco se imponían pese a estar en superioridad.

Fue Adrián el que cerró el partido y probablemente la eliminatoria. Por fin emprendió y culminó una de las jugadas que la temporada pasada le dispararon la cotización y le lanzaron al estrellato. Arrancó en tres cuartos, superó por velocidad a Nino y tiró de juego de tobillo para clavar a Toni García con un toque suave. La jugada confirmó que Adrián hace más daño cuando más cerca está del área, que sus sacrificios en la banda en pos del colectivo en los partidos grandes son entendibles, pero normalizar ese rol le ha perjudicado. Falló un gol cantado, casi a puerta a vacía que alimentará el debate sobre su figura.

Con dos goles de ventaja, Simeone le dio cancha a la cantera. Entró Saúl y también Óliver, que no jugaba ni iba convocado desde el primer partido de Liga ante el Levante. Al chico la pinta de futbolista distinto se le divisa hasta en la manera de correr. Su primera acción fue una llegada desde segunda línea para cabecear un centro de Adrián que Toni le sacó con la puntera. Una acción similar que Raúl García, de oficio llegador, sí que no desaprovechó.

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Sobre la firma

LADISLAO J. MOÑINO
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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