Un Madrid de artilleros y funambulistas
Los de Laso se mantienen invictos tras resolver en la prórroga un vibrante duelo ante el Caja Laboral (83-81) en el que lograron imponer la calidad y amplitud de su repertorio
Una prórroga vibrante puso colofón al intenso pulso que protagonizaron el Madrid y el Caja Laboral, que se resolvió con la victoria de los blancos por 83-81. La calidad y amplitud del repertorio madridista, liderado por Mirotic (16 puntos), hizo inútil el esfuerzo encomiable del rocoso grupo de Ivanovic, sostenido por la sobresaliente aportación de Nemanja Bejelica (25 puntos) y Lampe (22 puntos y ocho rebotes).
Rivalizar a campo abierto con el Madrid de Laso es misión casi imposible. Lo intentó sin descanso y con redaños el Caja Laboral y a punto estuvo de lograrlo, pero acabó sucumbiendo, en la misma orilla, a la incasable producción de los blancos. Siempre a rueda, el conjunto vitoriano protagonizó varios sprints que le llevaron a ponerse por delante en el marcador episódicamente, a forzar la prórroga y a tener en sus manos el tiro de gracia que les podía haber dado la victoria. Pero al trote y al galope, el Madrid aguantó el tipo y terminó por imponerse por la calidad y la cantidad de su repertorio. La batería blanca, excelsa en munición y puntería, venció a la determinación de Nemanja Bjelica y Lampe, que solo estuvo acompañada, de lejos, por Oleson y San Emeterio. Un puñado de valientes se bastaron, haciendo la goma hasta la extenuación, para rozar la victoria ante un ejército de notables.
R. Madrid, 83 - Caja Laboral, 81
Real Madrid: Sergio Rodríguez (10), Rudy (2), Carlos Suárez (4), Mirotic (16) y Begic (6) -quinteto inicial-; Reyes (12), Carroll (13), Slaughter (11), Draper (4) y Pocius (5).
Caja Laboral: Heurtel (2), Causeur (5), Nemanja Bjelica (25), Milko Bjelica (2) y Lampe (22) -quinteto inicial- Cabezas (2), Pleiss (4), Oleson (11), San Emeterio (8).
Parciales: 18-14; 23-18; 17-19; 14-21 y 11-9.
Árbitros: Martín Bertrán, Perea y Pérez Niz. Sin eliminados.
Palacio de los Deportes: 8.368 espectadores.
Lampe acababa de anotar el único triple de su expediente hasta ese momento. A falta de 40 segundos, el marcador reflejaba un 72-70 y Rudy, que tan solo había anotado un par de tiros libres en los 40 minutos de juego, decidió jugarse la posesión destinada a cerrar el partido. Caracoleó en el perímetro, intentó fintar a su marcador, Caseur, en busca de un tiro ganador o, como mal menor, una falta que le enviara a la línea de tiros libres, pero no le resultó el plan. El escolta francés le cayó encima, pero los árbitros no interpretaron falta y Rudy marró su intento de descabello. El Caja Laboral aprovechó su posesión para empatar el partido (72-72) y Draper se estrelló en la penetración final. La obra había sido tan excelsa que el azar decidió que merecía un bis de, al menos, cinco minutos.
Garabateaba de manera compulsiva Ivanovic en su pizarra buscando tensar a los suyos mientras el Madrid protagonizaba su enésima escapada, ahora en el tiempo extra. Unas veces con los puntos de Carroll, otras con la versatilidad de Slaughter, muchas con el brío de Reyes o la clarividencia de Sergio Rodríguez y casi siempre con la clase de Mirotic, los de Laso habían mandado un duelo en el que compensaron su inferioridad en el rebote con su tino desde la línea de 6,75 y desde el tiro libre. Pero, de nuevo, cuando los blancos encaraban la meta se encontraron con su enemigo en el cogote. En un santiamén se pasó del 80-74 al 80-81 a falta de 40 segundos. Tocaba jugársela en el alambre y el líder invicto aprobó el examen de funambulismo. A Felipe le tembló el pulso y falló el único tiro libre del Madrid en todo el partido, pero con el otro selló el empate a 81. Una controvertida pérdida de balón de Heurtel y un mate de Mirotic pusieron el 83-81 final que San Emeterio con un triple postrero y Bjelica con un palmeó agónico no consiguieron mover.
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