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El Athletic navega y naufraga en Lyon

El equipo de Bielsa sucumbe ante un debilísimo Olympique y se complica la vida en Europa con un punto en tres partidos

Muniain lucha por controlar el balón con Briand
Muniain lucha por controlar el balón con BriandLaurent Cipriani (AP)

Europa le pilla lejos al Athletic. Solo le acerca un milagro y múltiples pecados de sus rivales tras perder en Lyon un partido que gobernó salvo en el infierno de las dos áreas. Falló en la rival y regaló en la suya. La invitación al suicidio era inevitable, aunque todo el resto lo hiciera bien, con sentido, con orden, algún tacto y muchísimo despliegue físico. Le mataron sus errores y la escenificación fue cruel: Susaeta malgastó lamentablemente una asistencia de Llorente y luego concedió otro gol de Briand, casi subsiguiente. Mitad injusticia, mitad infortunio que le deja a expensas de un milagrito europeo que pasa por ganar los tres partidos que restan de la liguilla y que Lyon o Sparta de Praga cometan errores inesperados.

O. LYON, 2 - ATHLETIC, 1

Olympique de Lyon: Vercoutre; Koné, Lovren, Fofana, Réveillère; Monzón, Umtiti, Malbranque (Lacasette, m. 65), Gonalons; Lisandro (Gomis, m. 65) y Briand. No utilizados: Lopes, Dabo, Bisevac, Ferri y Ghezzal.

Athletic: Iraizoz, Iraola, Gurpegi, Amorebieta, Aurtenetxe,;Iturraspe, Susaeta, Ander Herrera, De Marcos, Muniain (Ibai Gómez, m. 65) y Aduriz (Llorente, m. 60). No utilizados: Raúl, San José, Castillo, Toquero e Isma López.

Goles: 1-0. M. 53. Lisandro de cabeza. 1-1. M. 78. Ibai Gómez, a pase de Llorente. 2-1. M. 85. Briand, tras un rechazo de Iraizoz.

Árbitro: Andre Marriner (Inglaterra). Amonestó a Herrera.

Unos 32.000 espectadores en el Gerland Stadium

La mejor versión del Athletic nunca se sabe bien por dónde empieza: si por las diagonales de De Marcos, que narcotizó a la debilísima defensa del Olympique de Lyon, o por el tacto de Herrera para hallar casi siempre la mejor solución (aunque a veces el adorno le rompa el arbolito) o en la solvencia de los centrales, especialmente Gurpegui, el más discutido, pero en Lyon indiscutible a la hora de leer las intenciones del rival. Cuando esas circunstancias de asocian (aunque a veces cambien los nombres), el Athletic es más de Bielsa que nunca; cuando se descosen, amenaza el equipo vulgar que corretea animoso por el campo sin más destino que el sufrimiento.

La mejor noticia para el Athletic empezó siendo que los defensores del equipo francés le veían más el número que la cara a De Marcos, interlineado como un permanente verso suelto que rasgaba la defensa con su tranco largo y sus uñas afiladas. La lástima para el Athletic era que sus buenas intenciones las entendían sus compañeros un segundo después de lo necesario, lo que le condenó, en la primera mitad, a dos fueras de juego que nublaban lo que aparentaban goles como soles. Es decir, De Marcos jugaba un segundo por delante de sus compañeros. Hasta tres veces en 45 minutos se plantó el Athletic ante el sorprendido Vercoutre y las malgastó, por la milésima de segundo necesaria o por la cerrazón de Aduriz por concluir un remate olvidándose de sus socios, que llegaban a la raya de gol como un tropel.

El Olympique ya no es lo que fue, el último emperador de la Liga Francesa y por ello habitual de la Champions, donde solía caer en cuartos (como la selección española cuando no era esta selección española), pero siempre dejaba algún cadáver en el camino. Se decía que su superioridad era tan abrumadora en la Liga francesa que le faltaba competencia para afrontar retos mayores. Cuando había que sufrir, dormía. Ya no es eso. Le han robado la bandera y algunos de sus vestigios están oxidados. Lisandro, su capitán, es una sombra de sí mismo y Briand, su compadre, no tiene liquidez en los bolsillos del gol, aunque al final abrió el monedero con el de la victoria. Pero el que tuvo retuvo y a Lisandro, tan elegante con su brazalete amarillo de capitán le bastó un centro sencillo desde la derecha, una dormidina de la defensa rojiblanca para cabecear al bote durmiendo a Gurpegui y a Iraizoz. Curioso: dos delanteros mediocres ganaron el partido.

Una vez más el Athletic sucumbía a la fe sin obras. Jugaba bien, dominaba el espacio y el juego, pero fallaba en la suerte definitiva. El fútbol es como el cine, un mal final puede malgastar un buen argumento. Y el final se le torcía: Iraola centró al larguero y Aduriz se ofuscó mirando al suelo. Susaeta quiso darle tanto efecto a un disparo franco que le salió recto. Uno jugaba y otro ganaba. El Athletic descubría la injusticia tras recuperar la mejor versión de la temporada. Y así se le fue el mapa futbolístico de Europa. Sin darse cuenta. La salida de Llorente reavivó el debate sobre qué es un lujo asiático en el fútbol. El delantero intervino tres veces y dio tres asistencias de gol, pero sigue siendo suplente. Ibai Gómez aprovechó la primera para marcar con una técnica magnífica. Susaeta malgastó, otra vez, la segunda. Y el Athletic se murió. Estaba sano, pero se murió.

“El equipo mereció bastante más”

El entrenador del Athletic de Bilbao, Marcelo Bielsa, se mostró muy decepcionado tras la derrota ante el Olympique de Lyon, que complica su supervivencia en la Liga Europa, al considerar que su equipo no supo gestionar los últimos cinco minutos.

"El equipo mereció bastante más", afirmó el técnico en la rueda de prensa tras el encuentro al considerar que sus hombres dominaron prácticamente todo el partido salvo el tramo final. "Tuvimos 85 minutos de gobierno del juego por nuestra parte y en el momento en que se presuponía de mayor tranquilidad (tras lograr el Athletic el empate) el partido se desvirtuó y sufrimos más en los cinco minutos restantes que en todo el encuentro", señaló el argentino.

"El gol del empate surtió más efecto en los rivales que en nosotros. Me resulta difícil de comprender y explicar", añadió. "Tal vez un poco de mezquindad hubiera resuelto el partido a nuestro favor", concluyó el técnico.

Sobre el futuro del Athletic en la Liga Europa, Bielsa se mostró pragmático: "Tras obtener un punto de nueve uno no puede ser optimista. Entiendo que tres victorias nos clasificarían, por lo que no renuncio a esa posibilidad".

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