“Cada vez me siento más querido y respetado”
En el avión de vuelta a España pasó de mano en mano el balón del partido contra Bielorrusia, el mismo que Pedro Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1987) le pidió al árbitro terminado un encuentro en el que hizo historia: marcó tres goles con la zamarra roja de una tacada (suma siete). A Pedro le acompaña una estrellita que contagia: 16 títulos en cuatro años, incluidos una Copa del Mundo y una Eurocopa.
Pregunta. Tres goles en un solo partido... ¿Qué sensación le dejan?
Respuesta. Buena, claro. Que yo recuerde, nunca había metido tres goles en un encuentro. Pero lo importante era lograr los tres puntos, ganar el partido. Los tres goles son una anécdota que me hace feliz, pero nada más. Lo importante siempre es que el equipo gane y eso es lo que conseguimos.
“Pep y Tito me cambiaron la vida. Tuve que corregir muchas cosas”
P. Además de su triplete, dio la asistencia en el primer gol a Jordi Alba. ¿Fue su mejor partido con la selección española?
R. No. Fue un buen partido. Pero el mejor nunca se sabe cuál es porque muchas veces se juzga solo por los goles. Unas veces entran y otras no. Ante Bielorrusia me entraron.
P. ¿Con qué diana se queda?
R. Con la segunda porque fue una jugada muy trabajada. En el fondo, todos los goles proceden de un esfuerzo común. Está claro que el mérito de los tres tantos es de todo el equipo, no solo mío. Pero el segundo quizá fue el más elaborado y en el que mejor definí.
P. Lleva 21 partidos con el conjunto nacional. ¿Sale caro ser delantero en España?
R. Cuesta jugar en la selección, es difícil entrar. Yo me encuentro bien y tengo la confianza de Vicente del Bosque, pero es evidente que somos muchos futbolistas y todos de un nivel impresionante, de los mejores del mundo. Yo no me quejo. En el Barcelona y en la selección cada vez está más caro jugar. Así que hay que estar muy bien para poder participar. Con estar aquí ya me siento un auténtico privilegiado.
“Hay que tener suerte y yo la he tenido. Claro que también me he esforzado mucho”
P. ¿Su trabajo es empujar la piedra o moverla?
R. Mi trabajo es ayudar en lo que pueda al equipo. Otros, normalmente, marcan la diferencia. Pero me siento cómodo con este papel. Mi juego es trabajar, ayudar en la defensa, intentar meter goles, romper, dar apoyos en corto y salidas en largo… Trabajo para el equipo. De niño, me enseñaron así. Con 16 años jugaba con gente de 30 y estaba obligado a esforzarme más que nadie... El trabajo me lo ha dado todo. Pero yo creo que en el Barcelona y en la selección no soy el único que pelea. Todos nos esforzamos. De lo contrario, no ganaríamos lo que hemos ganado. Corremos más de lo que la gente se cree en la presión y también con el balón en los pies porque estamos en constante movimiento, ofreciéndonos siempre para el siguiente pase.
P. ¿Le pide Tito Vilanova cosas muy distintas de las que le pedía Pep Guardiola o de las que le reclama Del Bosque cuando juega en La Roja?
R. Eso depende muchas veces del partido que se afronte. Pero la filosofía del Barcelona es muy parecida a la de la selección. Buscamos lo mismo: llegar al gol con mucho control, con muchas asociaciones, porque tenemos jugadores para eso.
P. ¿Es más vertical el Barcelona de Vilanova que lo era el de Guardiola?
R. No, no lo creo, porque la idea no ha cambiado: queremos tener la pelota. Durante cuatro años, Guardiola era la cabeza pensante, pero Vilanova estaba ahí. Así que ahora ya no está Pep, pero Tito ha seguido la misma línea. Es la continuación porque siempre han pensado lo mismo, supongo. Luego, mandan las circunstancias y cada uno tiene su personalidad. Yo les conozco desde hace muchos años.
P. Usted estuvo con ellos desde Premià, en el primer partido de Guardiola con el Barcelona B, ¿no?
R. Sí. En el filial me explicaron muchas cosas y corregí otras tantas. Pero en el primer equipo fueron más años. Así que... ¡lo aprendí todo! A Pep le gustaba la perfección y durante cuatro años ha estado buscándola, por lo que es normal que Tito sea igual de exigente ahora. Recuerdo que un día me pedían que fuera más atrevido y al otro que no, que tapara al lateral o que buscara el juego interior y así lo trabajábamos. ¡Cada día aprendía algo nuevo! Me enseñaron a colocarme y, casi, a jugar.
P. La temporada pasada no le puso mucho…
R. Fue un año complicado, muy duro para todos. Pero competimos bien. En mi caso, recaí de una lesión. Me costó tener buenas sensaciones. En el Barcelona, como decía antes de la selección, es muy difícil jugar. Tienes que estar muy fino porque el que está a tu lado es igual o mejor que tú. Pero Pep me dio la oportunidad de estar donde estoy. Tito y él me cambiaron la vida, que dio un giro de 180 grados. Me dieron una oportunidad y me enseñaron mucho. Es verdad que tuve que corregir muchas cosas para jugar con este sistema. Por eso estoy contento de haberlo conseguido.
R. Por algo dicen que tiene usted una estrellita, un ángel de la guarda o algo parecido. Las estadísticas de los títulos parecen demostrarlo.
R. Eso dicen y puede ser… Llámele como quiera. No sé..., pero en momentos determinados hay que tener suerte y yo la he tenido. Claro que también me he esforzado mucho.
P. ¿Siente que hace tiempo que dejó de ser Pedrito y que ya es una realidad, aunque a menudo poco valorada?
R. No. Yo me siento cómodo y querido. Me siento cada vez más respetado y querido por el equipo. Eso es lo más importante para mí ahora.
P. ¿Acepta que el Madrid ha rebajado las distancias con el Barcelona y que ya le puede mirar de tú a tú?
“De niño siempre decía lo mismo: jugador de Primera y del Barça. Yo he superado mis sueños”
R. Eso es porque en los últimos partidos no le hemos superado tan claramente como otras veces. Son dos juegos diferentes. Ellos buscan la contra y nosotros tener el control del juego. Cada uno en su estilo, somos los dos mejores equipos del mundo. Pero nosotros estamos contentos. Tenemos una buena distancia.
P. ¿Es rival en la Liga el actual Atlético?
R. Sí. Está jugando bien y cogiendo confianza. Tiene buenos futbolistas. Este campeonato es más difícil de lo que muchos creen. Cada partido es verdaderamente difícil.
P. De pequeño, ¿soñaba con marcar un triplete con el campeón del mundo?
R. ¡Qué va! Queda típico, pero me preguntaban de niño y siempre decía lo mismo: jugador de Primera División y del Barcelona. Yo he superado mis sueños.
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