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Con Vilanova casi todo sigue igual

El técnico administra el legado de Guardiola desde la naturalidad en un club especial

Tito Vilanova.
Tito Vilanova. Alberto Estévez (EFE)

Sandro Rosell, presidente del Barcelona, conoce a Florentino Pérez desde hace muchos años. Pérez, además, ha hecho negocios con algunos directivos del Barcelona, o cena en su casa cuando viene a Barcelona. Por ello, las comidas protocolarias antes de los clásicos suelen ser distendidas y cordiales. En una de las últimas, Pérez lamentó amargamente el desgaste que le genera Mourinho, lo mucho que lo tensa todo, lo agotador que resulta. En esas, a un directivo del Barça, con galones, se le oyó decir: “Prueba a tener un entrenador normal como Tito…”.

El entrenador normal es Tito Vilanova, que hoy vivirá su primer partido de Liga contra el Madrid. La fórmula que le ha traído a las puertas de ganar el séptimo partido consecutivo en el inicio de Liga no es muy diferente de la que empleó Guardiola en el Barcelona los últimos cinco años. “Pep es un genio y Tito, que aportaba lo suyo, no es tonto, así que aprendió mucho”, dice uno de los veteranos en el cuerpo técnico. Llamado a liderar el proyecto en el que se implicó hace cinco años atendiendo la llamada de Guardiola, Tito ha seguido por el mismo camino, pero a su manera. “Las comparaciones con Pep las perderé todas”, avisó el primer día.

La mañana que Barcelona anunció el nombramiento de Tito, Andoni Zubizarreta, director deportivo, se lo dijo antes a los capitanes. Puyol tardó un minuto en encontrar a Messi. “Ha sonreído”, explicó luego. “Y ha dicho que irá bien”. Suficiente: La junta de un club tan especial y complicado, se sintió aliviada.

Se ganó al equipo por los entrenamientos, que solía dirigir, y en la estrategia

A Vilanova el vestuario le respetaba como lo que era, la mano derecha de Pep, uno de sus pocos amigos, y por algo más. Se ganó al equipo por su trabajo en los entrenamientos, que solía dirigir, y en la estrategia, que no ha desatendido. Pero, muy especialmente, por dos momentos puntuales a ojos del equipo. “No se achantó con Mou el día que le metió el dedo en el ojo”, dice un veterano. Por esa colleja, por reaccionar justo como se les exige que ellos no lo hagan, les pidió después perdón. Y, especialmente, por la charla que les dio tres semanas después de ser intervenido en un quirófano a cara o cruz. Según recuerdan algunos testigos, realizó una declaración de optimismo y valores tremenda. “Fue espectacular, nos habló de la necesidad de disfrutar de la vida compartiendo, agradeciendo a los demás lo que nos dan, disfrutando de lo que tenemos”. Alguno, Pinto por ejemplo, tiene hace tiempo las cosas muy claras y saben perfectamente que la vida te devuelve lo que tú le entregas. Otros lo entendieron escuchando a Tito, tras el segundo golpe anímico del equipo después de la enfermedad de Abidal. “Creo que íbamos a ocho puntos del Madrid y nos dijo que eso era una mierda comparado con lo que nos da la vida. Que un día ganaremos o perderemos, pero que la vida es otra cosa y estábamos obligados a disfrutarla y a compartir el privilegio con los demás”, recuerda otro jugador. “Dijo algo así como que sin la energía que le habíamos dado no hubiera salido de esta”.

Tito, por encima de todo, es un entrenador con la denominación de origen muy marcada, así que su mensaje no ha variado en nada del de Guardiola y eso lo ha agradecido el equipo. “Uno es más académico explicándolo, parece un profesor. Pep empezaba en ese mismo tono, didáctico, y a los dos minutos era un torbellino. Tito es más tranquilo”. “Sí, dicen lo mismo, pero de otra manera”, admite Cesc. ¿Y el juego? “Lo primero que me dijo es que íbamos a seguir entrenándonos igual y jugando igual”, recuerda Xavi.

“Han variado pocas cosas, el sistema y la filosofía están intactas. Insiste en disfrutar, pasarlo bien

“Estaba de acuerdo con lo que hacíamos antes, no lo iba a cambiar ahora”, resume Tito. “Han variado pocas cosas, el sistema y la filosofía están intactas. Insiste en disfrutar, pasarlo bien, con una idea y un sistema de juego claro. Y transmite muchísimo. Tiene personalidad a tope para seguir mucho tiempo y lo está haciendo muy bien”, ha dicho Xavi.

“El camino es el mismo. Tito ayudó a marcarlo en su momento”, recuerdan los que son ahora sus colaboradores, que en el 90% de los casos llegaron al Barcelona de la mano de Pep. No ha habido mucho cambio de cromos. Se ha incorporado un cámara al equipo de analistas, De la Fuente sustituye a Unzue como entrenador de porteros, se fue Buenaventura, preparador físico, y llegó del juvenil Pons, y Roura ejerce de segundo. “Los protocolos de trabajo son los mismos”, dicen. “Solo nos pidió que no perdiéramos la ilusión”, cuentan en el staff. “Es todo muy relajado, muy tranquilo. Muy normal”, se insiste en la ciudad deportiva. “Todo sigue igual”, tercia Messi. Para Tito hay solo una diferencia, y no es menor: “Yo le decía a Pep todo lo que pensaba, pero el que tomaba las decisiones era él. Ahora, las tomo yo y las consecuencias me señalarán a mí”.

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