El Valladolid salva un punto
Los de Djukic empatan con el Espanyol (1-1) al que anularon un gol en el descuento
Pochettino se llevó de Valladolid un punto, el segundo de una temporada que ha comenzado de una manera espantosa para un club que ha vivido la última semana en estado de excepción. El Espanyol fue mejor, dominó, pero se encontró con una expulsión absurda, con un penalti a favor inexistente y con un gol anulado en el último minuto, demasiadas cosas para pedir más premio y eso que el Valladolid estuvo lejos de la versión que le hizo seis dianas al Rayo, no tuvo la capacidad tan elogiada durante la semana de saber leer los partidos, terminó amontonado y sin descifrar la forma de ganar a un rival con uno menos y que amagaba un ataque de ansiedad al primer problema.
Valladolid, 1; Espanyol, 1.
Valladolid: Jaime, Rukavina, Sereno, Valiente, Balenziaga, Rubio (Javi Guerra, m. 72), Víctor Pérez, Ebert, Óscar, Bueno (Omar, m. 64) y Manucho. No utilizados: Dani, Rueda, Neira, Baraja y Peña.
Espanyol: Cristian Álvarez, Raúl Rodríguez, Colotto, Héctor Moreno, Víctor Álvarez, Forlín, Víctor Sánchez, Verdú, Rui Fonte (Javi López, m. 65), Wakaso (Cristian Gómez, m. 82) y Longo (Stuani, m. 72). No utilizados: Casilla; Galán, Albín y Capdevila.
Goles: 0-1. M. 70. Verdú, de penalti. 1-1. M. 81. Óscar.
Árbitro: Fernández Borbalán. Expulsó por doble amarilla a Víctor Álvarez (m. 45) y amonestó a Cristian Álvarez, Víctor Sánchez, Rukavina, Forlín, Sereno y Verdú.
Unos 15.000 espectadores en Zorrilla.
Las urgencias del Espanyol, sus prisas, la necesidad de puntuar a cualquier precio, toda la apariencia de un conjunto que ha vivido la última semana en estado de emergencia y bajo amenaza de cese del técnico, desapareció del césped en un eterno ejercicio de paciencia, sin riesgos, con muchísima pausa y en un constante reinicio de cada intento hacia la portería del Valladolid. La prueba de Pochettino terminó en un tostón porque al equipo de Djukic los partidos sin balón le duelen bastante más, casi sin capacidad para robar, con combate nulo en el centro del campo, no había trabajo ni para los defensas ni para los porteros. El poco jaleo de la primera mitad terminó en solo un minuto, una carrera de Óscar que cazó por vez primera desajustado al Espanyol y que terminó en otro contraataque que Rui Fonte estrelló contra la pierna de Jaime cuando se había quedado solo ante el portero.
Pero al Espanyol, ya en una situación mala, se le complicó todo un poco más con la expulsión de Víctor Álvarez al borde del descanso por una falta discutible en el centro del campo y una mano involuntaria al borde del área. Pochettino movió a Víctor Álvarez al lateral y dejó a su medio centro en manos solo de Forlín. El Valladolid, acostumbrado también a la paciencia no se precipitó, no buscó el partido de una forma descarada, ni siquiera Djukic aceleró el ritmo, el Valladolid dominaba sin ninguna oposición, el Espanyol se limitaba a esperar alrededor de su portero y a intentar sacar algo de la persistencia de Longo y del mal día de Sereno, y en una de esas el árbitro señaló un penalti extraño de Rukavina sobre el delantero italiano. El Espanyol cuando todo parecía más difícil estaba por delante, y el Valladolid, que tenía en la mano un trabajo limpio y facilón se extraviaba sin remedio.
A Djukic le costó encontrar el camino, la solución de amontonar delanteros, Javi Guerra con Manucho, no solo no funcionó sino que convirtió el ataque del Valladolid en un tropel. La entrada de Omar en la banda izquierda arregló algo el jaleo y en un saque de esquina que Sereno peinó en el primer palo Oscar puso el empate. El partido estaba desbocado pero el equipo de Pochettino tiene tanta necesidad de puntos que se lanzó a recuperar la ventaja, incluso en el último minuto Verdú alcanzó a batir a Jaime, pero el árbitro y el asistente anularon el gol, fuera de juego, dudoso, justísimo.
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