“Hemos arriesgado y hemos ganado”

La última vez que la Champions asomó por el Camp Nou, el Chelsea se clasificó para la final de Múnich y Josep Guardiola dijo adiós al Barcelona en las catacumbas del estadio. Acabado el partido, subiendo las escaleras, camino del camerino, el de Santpedor le dijo a Tito Vilanova que se había terminado y... se fue a Nueva York. Ayer puede que viera el partido desde allí o puede que no. Para eso se fue: para borrarse del mapa. Pero la vida sigue y, en el retorno de la Copa de Europa, algo quedaba de su mito: la esencia de su legado futbolístico, personificado en su amigo Francesc Vilanova.

Le toca ejercer y las circunstancias le pusieron a prueba. A Tito no se le arrugó la americana por mucho que se empinase el camino y tomó decisiones comprometidas, como la de jugar con un 3-4-3. Suma por victorias sus partidos en el Camp Nou y lleva un inicio de curso sensacional pese a perder la Supercopa. Ayer volvió a ganar. “No ha sido fácil jugar contra un equipo tan metido atrás. Hemos de valorarlo”, pidió.

Vilanova compareció vestido de gala, con traje, consciente de lo que significan la Champions, esas cuatro semifinales en cuatro temporadas, los dos títulos con Guardiola. En consecuencia, su Barça se presentó respetando los aromas que hicieron grande al de Guardiola, el de las 14 copas, incluidas dos de las cuatro Champions del club. En todas esas victorias estuvo Tito. Así que no debió de sorprender ver al equipo abierto como un abanico, a Messi basculando, a Cesc tirando diagonales y a dos inventos por centrales. Porque en la fatalidad también se reconoce este equipo al mirar al pasado.

El Barça encajó un gol por no defender bien, otro por mala suerte y se quedó sin centrales

Resulta que se lesionó Pique a los 10 minutos y Vilanova apostó por Song. “Quedaba mucho. He pensado en Bartra, que no había jugado hasta ahora, y tenía a Song, con mucha experiencia y al que hemos traído para esto”, justificó. Muy habitual reconvertir mediocentros en centrales. Ya ocurrió antes con Touré, Busquets y Mascherano. Sufrió el camerunés lo suyo, pero ya sabe lo que hay. Vino al Barça precisamente para eso: para alternarse dando descanso a Busquets y como recurso para los centrales.

El Barça sufrió por sus ausencias, demasiado vulnerable otra vez en la defensa. A Song le costó encontrar el sitio y Mascherano se multiplicó. Son males muy reconocibles: volvió a encajar un gol por no defenderse con acierto, otro por mala suerte y se quedó sin centrales, todo un clásico. Y, aunque pretendía tener paciencia, control, solidaridad, presión, intensidad y circulación y a ratos hasta lo consiguió, el Spartak le hizo daño porque le intimidó. Los de Emery le buscaron las vueltas, le cazaron dos veces y empinaron el estreno europeo de Vilanova. “No estoy descontento. Hemos atacado como teníamos que hacerlo. Hemos cambiado la manera de jugar. Hemos tomado riesgos y hemos ganado”, dijo este.

Ninguno de los entrenadores que se han sentado en un banquillo del Barça debutaron en la Copa de Europa con una derrota

A Vilanova le salió bien cambiar a Tello, decisivo con el primer gol y en el segundo, y meter a Villa. “Acertó al jugar con una defensa de tres”, dijo Pedro; “tuvimos mas profundidad”. Levantó el ánimo la presencia del asturiano y Alexis, que también entró de refresco, asistió a Messi para que el argentino rematara el partido con su segundo gol. Y ganó el Barça en el estreno de Vilanova: La tercera remontada del curso.

Ninguno de los entrenadores que se han sentado en un banquillo del Barça debutaron en la Copa de Europa con una derrota. Solo Rinus Michels y Helenio Herrera empezaron cediendo un empate. Vilanova logró volver a casa con el traje impoluto, hecho un pincel. Ganar le sienta bien.