“No importa cómo estoy yo”
Cristiano da las gracias a la afición y se olvida de su tristeza porque lo que cuenta es el presente
No habían pasado ni tres minutos de juego y Cristiano Ronaldo ya se había plantado dos veces delante de Hart, el portero del Manchester City. Como si quisiera demostrar que ahí estaba él. Otra vez. Cinco remates en la primera parte, dos de ellos a puerta. Con la cabezonería de siempre. La pelota pegada al pie. Buscando la portería como si en ello le fueran algo más que tres puntos en el estreno europeo. Era noche de Champions. El portugués martilleó una y otra vez. Sin éxito. Puede que, cuando Dzeko, nada más entrar, marcó en el primer remate a puerta del City, a Cristiano se le aparecieran los fantasmas.
A él, a sus compañeros de equipo y a su entrenador. José Mourinho celebró el tanto del portugués, el 3-2 de la victoria en el minuto 90, con la misma fuerza y energía con las que celebró en mayo de 2010 el pase del Inter a la final de la Champions, conseguido en el campo del Barcelona. Ayer, sin embargo, era el primer partido de la fase de grupos. El técnico se tiró al suelo, rodillas al césped, desatado. Lo mismo hizo Cristiano. “Lo celebro cuando hay que celebrarlo”, dijo el jugador nada más terminar el partido a los micrófonos de TVE. “¿Ya no está triste?”, le preguntaron. “Ha sido un partido muy difícil”, contestó antes de enfilar el túnel de los vestuarios. En la zona mixta no se escapó con tanta rapidez. Aguantó tres preguntas.
Cristiano volvía anoche al Bernabéu. Dos semanas después de hacer pública su tristeza, pero no el motivo. El público debió de pensar que tampoco había sido para tanto. No hubo pitos para él cuando el locutor pronunció su nombre. Sí una ovación en el minuto 8, cuando su tercer disparo se topó con Hart. Menos atento estuvo el guardameta del City en el último remate de Cristiano, el que fue gol. El que dio la vuelta al marcador y permitió respirar a Mourinho.
“¡Menuda celebración!”, le hicieron notar en la zona mixta. “Ha sido una manera muy bonita de celebrarlo. Tengo que dar las gracias a la afición. Nos dio fuerzas para seguir peleando y buscar la remontada”, concedió el delantero. Si sigue triste o enfadado, hace de todo para ocultarlo.
—Después de sus declaraciones tras el partido contra el Granada, ¿era importante reencontrarte así con la afición?
—Para ser sincero, no he pensado en eso ningún día. No importa lo que pasó antes. Lo que importa es el presente y el presente es bueno. La gente está feliz y contenta…
—¿Y usted cómo está?
—Eso no importa.
Así se marchó Cristiano de la zona mixta. Como si la tristeza de hace dos semanas no fuera cosa suya, sino un invento de alguien.
Silva salió ovacionado del Bernabéu, algo que no se producía desde 2009
Sus compañeros, Arbeloa a la cabeza, se encargaron de asegurar que no hay asperezas que limar, que todo va muy bien, que todos están con Mourinho, que no pueden estar más de acuerdo con él y que viven un momento muy bueno. “Somos los primeros que nos exigimos. Somos los primeros que sabemos que en Sevilla no estuvimos bien. No hace falta que venga el míster a decírnoslo”, comentó el defensa. “La de hoy ha sido una victoria importante por cómo se ha producido, contra el rival qué ha sido y por la forma en que se ha logrado porque, aparte de la remontada, hemos sido superiores siempre”, añadió.
Sí se atrevió a hablar de presión Varane (en un castellano casi perfecto), algo sorprendido por su titularidad. “Teníamos presión, sí, tras este mal comienzo de la temporada, pero es que con presión jugamos cada semana”, dijo el central francés; “estaba preparado para jugar hoy. Lo estaba desde el domingo, cuando el míster me dijo que sería titular. Él hace su gestión del grupo y esta es la vida de un grupo”.
Sergio Ramos, ayer, formó parte del grupo del banquillo.
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