El Barça golpea primero
Los azulgrana, mucho más armados, ganan la Supercopa (31-34) ante un renovado Atlético aún bastante verde
Un Barça de manual, con un soberano Sergei Rutenka en el lateral izquierdo, se llevó el primer título de la temporada en un partido atípico. Un encuentro en el que ambos equipos evidenciaron la falta de rodaje, sobre todo el Atlético, impreciso a rabiar, que poco pudo hacer ante un rival que, aunque con caras nuevas, está muchísimo más hecho, lo suficiente para alzarse con el trofeo.
Tiene trabajo por delante Talant Dujshebaev, que deberá afinar las teclas de un equipo completamente renovado, con siete caras nuevas, con bajas importantes como la de Didier Dinart o Alberto Entrerríos. Necesita muchas horas de entrenamiento el técnico rojiblanco, que siempre ha maldecido los años posteriores a unos Juegos Olímpicos por el poco tiempo que tiene para preparar a sus equipos. Se notó esa carencia, sobre todo mediada la primera parte cuando el Atlético estancó su casillero en siete goles y el Barça le dobló en el marcador (7-14). Una diferencia que nunca más pudo atajar.
Atlético, 31- Barcelona, 34
Atlético: Hombrados; Masachs (1), Jurkiewicz (2), Gojun (2), Kallman (5), Aginagalde (5), Ferrer (3) -siete inicial- Dahl (ps), Edu Fernández, Romero, Davis (1), Barachet (1), Cañellas (5), Balic (2) y Lazarov (4, 1p)
Barcelona: Saric; Víctor Tomás (3), Gurbindo (3), Raúl Entrerríos(4), Rutenka (12, 6p), Stranovsky (2) -siete inicial- Sterbik (ps), Noddesbo (6), Sorhaindo (1), Sarmiento (2), Ariño, Montoro, Jernemyr, Aguirrezabalaga, Rocas (1) y Viran Morros.
Si los errores en balonmano se pagan, los errores consecutivos, como los que encadenó el cuadro madrileño en ese parcial de 10 minutos. pueden sentenciar un partido, a pesar de que trató de atarse a él de la mano de Joan Cañellas y, cómo no, Ivano Balic. A sus 33 años, probablemente no estará para echarse el equipo encima, pero la sola presencia del mago de Split en la cancha mete miedo al rival, sabedor de que puede sufrir un roto en un santiamén.
Y si en un lado de la cancha estaba plantado un equipo por hacer, en el otro, se vio a un combinado más solido, con la base que le hizo campeón de Liga intacta. La defensa numantina del francés Sorhaindo y el sueco Jernemyr selló el inofensivo ataque rojiblanco de los primeros compases. Y por si había duda de que el Barça iba a echar de menos el tiro exterior de Laszlo Nagy, que probablemente lo hará en algunos encuentros, ahí estaba el brazo armado de Rutenka para callar muchos comentarios. Disfruta como pocos el bielorruso perforando la portería de los que un día fueron sus compañeros.
Más igualada fue la segunda parte. Salieron entonados los rojiblancos, seguramente aleccionados por Dujshebaev, que no iba a consentir que la pájara de la primera parte se prolongara mucho más tiempo. Subió la intensidad de la defensa el Atlético, pero el Barça fue demasiado, la ventaja era ya inalcanzable. Y Rutenka seguía a lo suyo, infalible, una y otra vez, una y otra vez, y otra más...
Parecía encajar ya todo en los segundos 30 minutos. Se veía un duelo de los de siempre, un ir y venir constante, con la intensidad que se espera de estos dos enormes equipos. Por si faltase algo, aparecieron los porteros. En realidad, surgió Daniel Saric. Otra vez Saras amargó al Atlético en un partido que no fue especialmente brillante, pero sí lo suficiente para no necesitar de la ayuda de Arpad Sterbik, sobre el que se posaban todas las miradas y todos insultos del Palacio de Vistalegre, y que por no aparecer no lo hizo, para no encender más los ánimos, ni en el corrillo con el que los jugadores azulgrana celebraron el título. Un trofeo que, como decía el capitán azulgrana, Víctor Tomás, es maldito de cara a la Liga: los últimos cinco vencedores han acabado segundos al final de la temporada.
Dujshebaev: “Si queréis me echáis del país, estoy harto”
“Prefiero no hablar, porque no quiero decir ninguna barbaridad, pero no sabéis lo que me cuesta contenerme. No quiero que luego digan que soy un llorón”, señaló el técnico del Atlético de Madrid, Talant Dujshebaev, en su primera respuesta en la sala de prensa a la conclusión de la final de la Supercopa.
Molesto con el arbitraje del partido ante el Barcelona, el técnico rojiblanco escenificó su descontento con respuestas secas en las que alternaba las quejas y las insinuaciones de persecución. “Parece que yo soy la persona que más daño hace al balonmano de este país. Si queréis me echáis, estoy harto".
Más benévolo estuvo a la hora de analizar el juego de su equipo. "Está claro que me preocupan algunas pérdidas de balón, pero también son normales a estas alturas de la temporada. Aunque estoy convencido de que tanto en ataque como en defensa vamos a mejorar", explicó.
"Saco un montón de conclusiones, y espero que las cosas cambien para mejorar y no sólo hablo deportivamente", cerró Dujshebaev.
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