Beñat toma nota

A Beñat Etxebarria (Igorre, Vizcaya; 1987) le tocó distinguirse en el primer entrenamiento de la selección española en su concentración en Las Rozas. Para el primer rondo le cayó un peto blanco para convertirse en la unión del juego de los tres equipos formados, los azules, los naranjas y los amarillos. Al bético, recién caído en el grupo, con dos partidos amistosos en su historial, se le veía correr, ofrecerse, tocar algunas al primer toque y verla pasar la mayoría de las veces. Acabó cambiándose el peto con Pedro. Con el trueque, comenzó a notarse la soltura del extremo del Barcelona, entre gente que conoce y le conoce. Precisamente, entre todos ellos, pretende hacerse un hueco Beñat, centrocampista que hace dos temporadas se bregaba en Segunda y que ahora es el eje del Betis. “Aquí se juega a otro nivel. Se nota tanto la calidad de los jugadores que todos los balones te los entregan con ventaja”, explica Beñat al terminar el entrenamiento del miércoles, sin parar de jugar con su barba. De la mano de Del Bosque, puede arañar minutos en el amistoso contra Arabia Saudí (viernes 22.00, La 1) y debutar en competición oficial la próxima semana, contra Georgia en el duelo clasificatorio para el Mundial de Brasil 2014.

“Aquí se juega a otro nivel; todos los balones te los entregan con ventaja” Beñat

Un desafío, afianzarse en la línea más completa de España pero también la más veterana con 27,5 años de media en la anterior Eurocopa (por 26,7 del equipo). “Es un ciclo natural al que Beñat llega nuevo. Creció mucho como jugador el año pasado, pero está porque se lo merece”, comenta Xabi Alonso del jugador que lo es todo en la creación del juego del Betis. “Pero puede alternarse con el resto de los jugadores del centro”, añade el seleccionador, que al finalizar el entrenamiento de ayer decidió charlar con él en un aparte. “Me comentó cómo se juega aquí; en el Betis jugamos en esa línea con dos, y aquí, con tres”, explica el mediocentro; “pero normalmente no hablamos mucho más allá de los saludos”.

Fue en la pachanga, sin embargo, donde Beñat volvió a pasar algún apuro, sobre todo porque en la selección se juega a un ritmo endiablado, con una media plagada por futbolistas que suelen expresarse al primer toque y con precisión. Como Xabi Alonso, que también brilla en los desplazamientos largos. “Es difícil jugar aquí, pero lo intento porque con estar en la selección ya vale”, admite Beñat. El vasco ve su convocatoria como una recompensa de por sí, después de una progresión que estuvo marcada por su descarte del Athletic, en el que tras pasar por las categorías inferiores y un escarceo en el primer equipo, fue cedido al Conquense (Segunda B), lejos del fútbol de élite hasta que le rescató el Betis. “La marcha del Athletic fue un golpe duro que acabó por enseñarme de qué va la vida”, dice antes de marcharse a la residencia de los jugadores. Varios aficionados que se agolpan en las vallas del recinto a la caza de autógrafos y le gritan: “¡Beñat, deja el móvil y ven aquí, que eres nuevo!”. Él sigue con la cabeza gacha, camino de su habitación. Quizá piensa en las palabras de Del Bosque, en cómo adaptarse a la selección, en que puede hacer su debut oficial la próxima semana.