El Guaje vuelve a casa

El día que Pedro cogió el dorsal número 7 de La Roja, antes de viajar a Polonia para defender el título de campeones de Europa, avisó que lo tomaba prestado: “El 7 no es mío, el 7 de España es de Villa”. Ayer, David Villa, El Guaje, volvió a casa. No se asomaba por la ciudad del fútbol en Las Rozas desde que se acercó a desear la mejor de las suertes a sus compañeros, camino de Polonia. Y se perdió la fiesta de la Eurocopa por una lesión (rotura de la tibia de la pierna izquierda) que en cierta medida aún arrastra, que le priva de aportar todavía todo lo que genera en el campo durante 90 minutos —“está para una hora”, dicen en el Barcelona—, pero que en su caso se complementa con lo mucho que aporta en el vestuario. Por eso le citó el seleccionador, Vicente Del Bosque.

Villa es tan valorado por sus compañeros como por Del Bosque, que si le ha llamado a filas pese a no ser titular en el Barça es, también, por lo que representa para este equipo. Y por lo que este equipo representa para Villa. “El Guaje es de los nuestros”, asumen desde la Federación al hablar de un futbolista que hace grupo en las zonas comunes del descanso y que resulta determinante en el juego. “La selección es él, es Villa en sí mismo”, dice Xavi cuando le marean con la trascendencia de su aportación al equipo. El volante, amigo personal de Villa, estaba ayer tan contento de verle de nuevo en Las Rozas como lo estaban los empleados federativos, del primero al último. Y lo celebran los aficionados, que le sienten cercano. Será por detalles como el que tuvo ayer al llegar a Las Rozas: se bajó del taxi y se paró a firmar autógrafos.

“Le viene bien la llamada de Del Bosque”, valoró el técnico Tito Vilanova, consciente de que hay un componente emocional importante en la presencia del asturiano en la selección, más allá de lo beneficioso que puedan representar para él entrenamientos de calidad como los que va a tener. Del Bosque, listo, sabe qué representa para el asturiano la llamada. “Quisimos tener un gesto con él”, admiten en el cuerpo técnico.

Villa llega a la selección con deberes marcados por lo que respecta al tema físico, unas tareas que pasan por mantener musculatura e incidir en cargas de fuerza. Villa podría jugar de titular contra Arabia el próximo viernes. Su regreso incide directamente en el debate sobre el 9 falso, éxito de Del Bosque en la Eurocopa al apostar por Cesc en la demarcación. “Ganamos sin Villa y eso no es fácil”, recuerdan en La Roja, sabedores de que fue determinante en la Euro 2008 con Luis Aragonés y en Sudáfrica 2010, siempre máximo goleador del torneo. Y, aunque salió bien porque se ganó, se le echó en falta en Polonia porque Villa es algo más que un simple 9; hace tiempo que se acostumbró a jugar por fuera, cayendo a banda, sin perder el instinto de cara a la portería. Y eso no lo puede ofrecer cualquiera. “Su regreso es una gran noticia para nosotros”, valoró Xabi Alonso; “ha sido parte fundamental en los éxitos de los últimos años. Nos aporta mucha mordiente, es una amenaza para la defensa rival, crea mucha incertidumbre y es fundamental tenerlo disponible. Volverá a ser importante como lo fue en la Euro de 2008 y el Mundial de 2010”.