Button no da pie a la sorpresa

Jenson Button lo consiguió. Tras haberse impuesto en la primera carrera del campeonato, el piloto británico, de 32 años, parecía haber caído en un pozo del que no lograba salir. Sus resultados no se ajustaban en absoluto con el potencial de su monoplaza que, por una u otra razón, le había dejado en cinco ocasiones incluso sin puntuar y le relegaba a posiciones impensables al principio del campeonato. Sin embargo, en Alemania pareció recuperar la compostura y en Spa se anotó la primera pole con un McLaren y en la carrera regresó a lo más alto del podio. Un éxito que había estado buscando desde Australia para quitarse de la cabeza todos los fantasmas –personales e internos en el equipo- que había permitido crecer durante estos meses. Button acabó por delante de un gran Sebastian Vettel, que remontó desde la décima posición de la parrilla y concluyó segundo, y de Raikkonen.

La mala suerte se alió esta vez con Fernando Alonso y con Hamilton. El español estaba realizando una salida impresionante y había ganado ya dos posiciones para situarse tercero, cuando de golpe vio cómo el coche de Grosjean le pasaba literalmente por encima y el de Lewis Hamilton le arrollaba por detrás sin ningún control. Los tres vehículos y el Checo Pérez, también involucrado, quedaron destrozados y aparcados en el arcén, dejando un rastro de piezas rotas en medio de la pista. El problema se generó cuando Grosjean intentó buscar trazada en la primera curva y tocó el McLaren de Hamilton haciéndole perder el control. Las consecuencias fueron nefastas para ellos y para un Alonso que aspiraba, al menos, a estar en el podio en Spa. La organización sancionó a Grosjean por el accidente, que no podrá disputar el próximo gran premio en Monza y, además, deberá pagar 50.000 euros de multa.

Al español le costó salir del Ferrari, pero lo hizo en pocos minutos por su propio pie. Después pasó por la clínica del circuito y regresó a su taller, donde estuvo valorando la situación con su ingeniero de pista y con el director de la escudería, Stefano Domenicali. Alonso mantendrá intacto su liderato, pero la diferencia en relación al segundo clasificado será menos, puesto que Vettel concluyó segundo. El español lidera ahora el Mundial pero con 24 puntos de ventaja sobre el alemán, que se está convirtiendo, tal como ya estaba anunciado, en el rival más duro.

Sin la presión de Alonso y de Hamilton, la carrera se convirtió en un paseo triunfal para el británico Jenson Button. Ni Raikkonen, Hulkenberg, ni mucho menos Di Resta, que se convirtieron en sus perseguidores, fueron rivales de peso para el campeón Mundial de 2009, que comenzó a poner distancia de por medio hasta asegurarse la victoria. Por detrás, el máximo interés de la prueba se centraba en comprobar hasta dónde podría remontar Sebastian Vettel y Mark Webber, y qué podría ofrecer Michael Schumacher que cumplía su 300º gran premio.

A pesar del mal rendimiento de los Red Bull en la clasificación, Vettel estaba manteniendo un ritmo de carrera excelente que le llevó hasta la segunda posición, después de realizar adelantamientos consecutivos a Massa y Webber y más adelante a Senna y a Vergne. Se sentía cómodo con su coche y conseguía mantener bien el rendimiento de los neumáticos, hasta el punto de plantearse, al igual que Button, realizar una sola parada. A falta de seis vueltas para la conclusión, los neumáticos del británico y de Vettel empezaban a sufrir. Pero la diferencia de Button con Vettel era de 14 segundos y con Raikkonen, de 28. Aunque la pérdida estaba siendo de casi un segundo, no parecía que el finlandés pudiera inquietarles. Y no ocurrió.

Michael Schumacher se acercó a la cabeza a mitad de carrera, pero tuvo que realizar dos paradas y eso le condenó a la séptima posición. Webber acabó sexto por detrás de Massa. Y la cuarta posición se la anotó Hulkenberg, que logró así su mejor resultado. Pedro Martínez de la Rosa fue el 18º y último clasificado. Hubo seis abandonos, una circunstancia muy poco común en las últimas temporadas.