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El presente puede con la nostalgia

Falcao, beneficiado por el plan a la contra de Simeone, se impuso a un melancólico Fernando Torres, muy apagado

J. Q.
Falcao celebra el tercer gol al Chelsea.
Falcao celebra el tercer gol al Chelsea.ERIC GAILLARD (REUTERS)

“Falcao solo hay uno y está con nosotros”, expresó orgulloso Migue Ángel Gil, dueño del Atlético, recalcando que su goleador no había cambiado de aires pese a que al final de temporada pasada se antojaba complicado. Mientras hablaba su expresidente, Fernando Torres lucía una media sonrisa, entre la decepción y la alegría de ver ganar al equipo en el que se formó y le lanzó al estrellato.

El presente se impuso a la nostalgia por aplastamiento. Falcao llenó la noche de Mónaco y Torres pululó por ella. A veces, cabizbajo, melancólico, a veces pura protesta por la impotencia de la tunda que recibió su equipo. El ruido y la emoción corrieron de parte del goleador colombiano, que volvió a ser capital en otra conquista europea del Atlético. Las diferencias entre uno y nueve otro se establecieron desde el principio. El protagonismo de Torres empezó y acabó en las recíprocas muestras de cariño con la que fue su afición. La omnipresencia de Falcao fue la culminación del plan ofensivo de Simeone. El Tigre se benefició de ese despliegue ofensivo que rememoró al mejor Atlético de toda la vida, a aquel que en los años 70 se hizo grande en el continente con el contragolpe como seña de identidad. Cada robo era una bala para su delantero. A cada salida flechada de su equipo, Falcao estuvo presto para culminarla. A su primera cita real con el gol llegó un poco forzado a un centro desde la izquierda y estrelló la pelota en el larguero. A la segunda ya no perdonó. Corrió a un pase filtrado de Adrián a la carrera y con la cabeza levantada picó la pelota cruzada para evitar a Cech y el intento desesperado de David Luiz de intentar sacar la pelota bajo la raya de gol.

El rostro de incredulidad de Torres, en el centro del campo, esperando para poner la pelota, describió su noche

El rostro de incredulidad de Torres, en el centro del campo, esperando para poner la pelota, describió su noche. Las veces que con más comodidad tocó el balón fue cuando sacó de centro. El resto del partido se lo pasó tratando de ganarle la espalda a Miranda y a Godín.

Si Falcao fue el gran beneficiado de la pizarra de Simeone, Torres fue el gran perjudicado. El planteamiento del técnico argentino cortó todas las vías de comunicación con él. Ni Mata ni Hazard pudieron lanzarle a la carrera. No hubo huella alguna de esas galopadas que hicieron de Torres uno de los mejores delanteros de Europa. Tanto Miranda como Godín le aprisionaron y no le dejaron recibir. Acabó desesperado por la anticipación de los dos centrales rojiblancos, y solo disparó una vez a puerta.

En el otro campo, las correrías de Falcao sí dejaron una estela de delantero imparable

En el otro campo, las correrías de Falcao sí dejaron una estela de delantero imparable. Volvió a correr un contragolpe para culminarlo con una rosca a la escuadra. No habían pasado 20 minutos y ya había marcado diferencias abismales con Torres. Ya envalentonado, con ese punto de más que se apodera de los goleadores enrachados, estrelló un cabezazo al palo tras una pifia de Adrián cuando estaba solo ante Cech.

El colombiano culminó su noche histórica con un tercer gol (los tres con la zurda) que fue otro acompañamiento de manual de un contragolpe guiado por Arda Turan. Esta vez fue menos estético que en los dos primeros goles, pero igual de contundente. Con sus tres goles en 45 minutos, El Tigre igualó a Puskas, hasta ahora el único jugador que había conseguido tres goles en la primera parte de una final. “Soñaba con hacer esos tres goles en esta final”, decía Falcao ya envuelto con la bandera de Colombia. “Es una bestia, el mejor delantero centro del mundo”, le elogió entusiasmado Mario Suárez.

El Niño, ovacionado

Que la afición atlética no olvida el paso de Fernando Torres por el Vicente Calderón quedó demostrado también anoche. Después de la soberana paliza con la que los rojiblancos destrozaron al Chelsea, la afición aplaudió a El Niño, cabizbajo en el césped del Luis II.

No fue el día para los blues. El equipo que dirige Roberto di Matteo no tuvo opción alguna ante la contundencia con la que salió el Atlético, en especial Radamel Falcao, que a los 20 minutos ya había puesto cuesta abajo el encuentro para los ingleses con dos tantos: “Nunca estuvimos dentro del partido, y menos después de encajar esos dos goles tempraneros”, reconoció Di Matteo al concluir el encuentro. “Les dimos mucho espacio y ya se ha visto lo que ocurre cuando a un jugador como Falcao le concedes tantas ventajas”, admitió sin paliativos el técnico italiano, que añadió: “Es uno de los mejores delanteros centro del fútbol europeo. Su segundo gol fue realmente muy bueno”.

Más allá de los goles del delantero colombiano, el entrenador del Chelsea incidió en que su equipo nunca supo coger el ritmo del partido. “Es lo más decepcionante de todo. Después de que nos marcasen esos dos goles tan pronto ellos defendieron muy bien con mucha gente atrás, lo que nos hizo imposible crear oportunidades”. Preguntado por si se había planteado fichar a Falcao en algún momento durante la pretemporada, Di Matteo sentenció: “Tengo dos grandes delanteros ya, Sturridge y Fernando Torres”.

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