Pensando en el tictac

Quienes vieron el sprint de frente pensaron que quizás Bouhanni, el campeón francés, el ciclista boxeador, el que nunca pone la otra mejilla, el que no perdona un codazo en la llegada y lo resuelve si llega el caso en el hotel, podía batir al rey de reyes, Degenkolb, el esprínter poderoso, el alemán intratable salvo en los aeropuertos o en el hotel, nunca en la carrera. Quienes vieron el sprint de forma lateral se dieron cuenta de que a Degenkolb no le ganaba ni Dios cuando vieron el movimiento de sus riñones, el castigo que daba a sus pedales. Y así entró en la meta de Sanxenxo, con los cuatro dedos levantados señalando sus cuatro triunfos de etapa. Más que nadie. “Creo que hemos justificado sobradamente la invitación” de la Vuelta al equipo, el Argos Shimano, dijo cuando llevaba tres. Era su carrera, su etapa, una de esas pocas invitaciones a los velocistas en una Vuelta que se empina a menudo y provoca la ansiedad de los más grandes.

La cuadrilla del arte tenía la cabeza en otro sitio no muy lejano. En los 39,4 kilómetros que les esperan entre Cambados y Pontevedra y que seguramente reorganizarán su partida particular en la clasificación general. Es el primer test gallego. Una contrarreloj de trazado largo y, sobre todo, duro, con una cuesta en medio imponente, corta pero alarmante, que incluso ha merecido la catalogación de puerto de tercera categoría.

Hay miedo y fe entre los favoritos. El miedo a tener un día malo con la exigencia del trazado; la fe en tener un día bueno y resolver dudas, aclarar ideas, dejar señales. Froome es el favorito oficial; Contador, el favorito virtual; Purito, el damnificado apriorístico, y Valverde, el indescriptible, el amigo/enemigo inesperado.

Pontevedra, tan recoleta, y Monte Castrove, el puerto en mitad del trayecto, tan insolente, dejan un reguero de dudas y flotan por la cabeza de los cuatro en función de sus características. Froome se sabe exigido. Es su momento. Contador se siente examinado. Es su esperanza. Entre ambos anda el juego. Purito lucha por no perder más de lo esperado, lo contrario que Valverde, que aspira a ganar más de lo que se le adjudica. Fuerza pura será la contrarreloj. Fuerza y fortaleza mental. Ansia y sosiego al 50%. De la partida de mus a la partida de póquer, a la medición de daños, perjuicios y beneficios

La verdad es que la etapa de hoy, la que estaba en la cabeza, solo se movía por el alma de una docena de corredores. Los cuatro que se juegan el triunfo final y los seis o siete que aspiran a vencer al tictac del reloj. Para el resto, es trámite, ahorro de energía ante la que se avecina. Para todos los demás tenía más gancho la etapa de Sanxenxo. Para Aramendia y Palomares, que lo intentaron por enésima vez, desde el kilómetro 0, como si les persiguiese la Guardia Civil por algún delito próximo o cercano, con el mismo resultado: morir en la orilla.

Y para los velocistas que sueñan no ya con ganar una etapa, sino con ser el primero que destrona a Degenkolb, que es una manera de pasar a la historia como cualquier otra. No parece posible, de momento. Todos han caído hasta la fecha. Bouhanni, al menos, puede decir que él cayó de otra manera, saliendo por detrás ante el ataque prodigioso del alemán, que esta vez, como era en subida, eligió un sprint largo para tipos duros. Y aguantó el francés, pero no lo suficiente.

Para los grandes sonaba el tictac del reloj, como en el bolero de Los Panchos, marcando las horas que faltan para jugarse el siguiente órdago, cada uno viendo el lado positivo de una dura contrarreloj y dejando en el baúl los malos sueños. Se acabó el festejo hasta el siguiente descanso, en Santander. Queda un mundo, más pequeño para Degenkolb, que borra las cuestas y subraya las llanuras. Él quiere ser el Cavendish de la Vuelta. La cuadrilla del arte pica más alto. En Pontevedra, suena el tictac. Y marca las horas.

1ª etapa: Castroviejo, oreja y rabo

2ª etapa: El chupinazo alemán

3ª etapa: El contador se pone en marcha

4ª etapa: Un abanico tormentoso

5ª etapa: El indomable Degenkolb

6ª etapa: Froome le tira el guante a Contador

7ª etapa: Degenkolb, coleccionista de víctimas

8ª etapa: Supersónico Valverde

9ª etapa: Purito asalta Montjuïc