Degenkolb, el señor del ‘sprint’

En un final rápido con todo el pelotón unido, el alemán John Degenkolb (Argos) demostró que el sprint es su especialidad. Manteniéndose unido en gran parte del recorrido en la cabeza de carrera, puntuó en los dos sprints especiales del trazado. En el final de la etapa, el de Argos aceleró tratando de evitar al francés Nacer Bouhanni (FDJ) y al italiano Daniele Bennati (Saxo Bank).

Después de la jornada de descanso de ayer, el pelotón se enfrentó a la décima etapa de la Vuelta España. El recorrido se caracterizó por un trazado llano, a nivel del mar y acompañado de la belleza de las rías gallegas, salvo el alto de tercera categoría que superaron los corredores antes de su llegada a la meta inédita de Sanxenxo.

En la llegada la distancia con los escapados se redujo drásticamente para pasar de los casi cuatro minutos —diferencia constante en toda la etapa— a menos de un minuto. A 30 kilómetros de la línea de meta la captura del pelotón a la cabeza de carrera llegó antes de lo habitual. Y es que la velocidad media del pelotón llegó a los 60 kilómetros por hora, lo que aceleró una etapa caracterizada por su lentitud en prácticamente todo el recorrido. La tensión se palpó entre los ciclistas que, en los últimos kilómetros, estuvieron muy pendientes entre ellos evitando perder algún segundo en la clasificación.

Y eso que la fuga se inició pronto. A siete kilómetros de la salida, en Ponteareras, el navarro Javier Aramendia (Caja Rural) inició la escapada de la jornada, que se fraguó en el ecuador de la carrera —95 kilómetros— con una diferencia de tres minutos respecto al pelotón. El valenciano Andrés Palomares le siguió en todo momento, cumpliendo la premisa de su equipo, Andalucía, de estar siempre presentes en las fugas de la etapa.

En el pelotón Joaquim Rodríguez, Chris Froome y Alberto Contador trataron de mantenerse unidos para no ceder ni un segundo en la clasificación general. Sin embargo, la vuelta rodó, antes de llegar a Sanxenxo, más lenta de lo esperado. Durante la tercera hora de la etapa la velocidad media fue de 36,7 km/h. Lo que supone un tiempo de diez o quince minutos peor del previsto por la organización.

Esta lentitud en la carrera no le vino mal al holandés Robert Gesink, que pinchó en el kilómetro 127 del recorrido. Sus compañeros del Rabobank frenaron y se prepararon para su reentrada en el pelotón, que transcurrió sin problemas.

Pero no solo el ciclismo fue protagonista en la etapa de hoy. Las protestas también tuvieron cabida en esta edición de la Vuelta España. Alrededor de un centenar de afectados por las acciones preferentes y subordinadas de Novagalicia Banco protagonizaron actos de protesta coincidiendo con el paso de la etapa por Galicia. Los damnificados, que estuvieron en puntos como el alto de San Cosme, pretendían “hacerse ver” y trasladar a la sociedad su problemática, con más de 43.000 afectados en Galicia. “Nos hemos hecho ver en distintas zonas por las que pasó la Vuelta, pero siempre siguiendo las normas y no entorpeciendo esta competición”, señaló José Manuel Estévez, uno de los portavoces de la plataforma de afectados de Vigo. Después de un nuevo sprint, mañana es el turno de la contrarreloj en individual en Pontevedra, una cita importante para marcar diferencias entre los favoritos.

1ª etapa: Castroviejo, oreja y rabo

2ª etapa: El chupinazo alemán

3ª etapa: El contador se pone en marcha

4ª etapa: Un abanico tormentoso

5ª etapa: El indomable Degenkolb

6ª etapa: Froome le tira el guante a Contador

7ª etapa: Degenkolb, coleccionista de víctimas

8ª etapa: Supersónico Valverde

9ª etapa: Purito asalta Montjuïc