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Cuando la Vuelta cabe en un segundo

'Purito' Rodríguez conserva el liderato con un segundo de ventaja sobre Contador, y Froome y Valverde se mantienen a menos de un minuto

'Purito' Rodríguez, en el podio
'Purito' Rodríguez, en el podioDANI SANCHEZ (AS)

Si el liderato de Purito cabe en un segundo, que es la ventaja del catalán con Contador, la Vuelta cabe en un minuto, en el que bailan los cuatro favoritos, transcurrida semana y media de la ronda. Antes de salir de Cambados eran Purito Rodríguez, Froome, Contador y Valverde. Al llegar a Pontevedra, algo más de 39 kilómetros al sureste, Contador le había cambiado el puesto a Froome. Y mucho más: pasó la contrarreloj y todo se apretó. Que la etapa se la llevara un outsider, el sueco Fredrik Kessiakoff (Astana), importó menos visto el panorama. Ha pasado media carrera, ya no queda ninguna contrarreloj, y a estas alturas, nadie se atreve a pronosticar quién ganará la Vuelta a España: ¿Será Contador, el campeón de vuelta? ¿Será Purito,el actual maillot rojo, contra viento y marea? ¿Será Froome, poderoso en el Tour? ¿Será Valverde, que va tan fuerte? Es una partida de cartas en la que los cuatro tienen sus triunfos. También en eso se distingue la Vuelta del Tour, cuando Wiggins podía contar hasta con las cartas de su compañero, Froome.

Todos esperaban al británico, pero la mayoría guardaba alguna esperanza, más o menos secreta según el caso, de que el recorrido, sinuoso, retorcido, una tortura, diluyese en parte la potencia del corredor de Sky. Tanto fue así que a Froome se le vio agarrotado, un punto atormentado por tanto repecho y por tanta curva que le rompían el ritmo. En cambio, a Valverde y a Purito,a priori los sacrificados del día, se les vio alegres, felices, rodando por encima del ritmo que se presume que deben marcar en una contrarreloj. A Contador se le vio seguro, pero seguramente no contaba con el desempeño de Purito, y sí con agarrar el maillot de líder al llegar a Pontevedra. Se llevaría un chasco: que le eche la culpa a Purito, heroico en la defensa de su liderato.

Clasificaciones

11ª etapa

1. Fredrik Kessiakoff (SWE-Astana) 52m 36s

2. Alberto Contador (ESP-Saxo Bank) a 17s

3. Christopher Froome (GBR-Sky) a 39s

4. Alejandro Valverde (ESP-Movistar) a 1m 08s

5. Benat Intxausti (ESP-Movistar) a 1m 09s

6. Richie Porte (AUS-Sky) a 1m 15s

7. Joaquim Rodríguez (ESP-Katusha) a 1m 16s

8. Cameron Meyer (AUS-GreenEdge) a 1m 17s

9. Andrew Talansky (USA-Garmin) a 1m 24s

10. Jonathan Castroviejo (ESP-Movistar) a 1m 34s

General

1. Joaquim Rodríguez (ESP-Katusha) 40h 26m 15s

2. Alberto Contador (ESP-Saxo Bank) a 01s

3. Christopher Froome (GBR-Sky) a 16s

4. Alejandro Valverde (ESP-Movistar) a 59s

5. Robert Gesink (HOL-Rabobank) a 2m 27s

6. Daniel Moreno (ESP-Katusha) a 2m 54s

7. Nicolas Roche (IRL-AG2R) a 3m 39s

8. Andrew Talansky (USA-Garmin) a 4m 08s

9. Laurens Ten Dam (HOL-Rabobank) a 4m 22s

10. Bauke Mollema (HOL-Rabobank) a 5m 10s

Si la vara de medir la dispuso Joaquim Rodríguez (“perder un minuto no sería un mal resultado”, dijo ayer), todo quedó en tablas. Pero lo cierto es que el catalán había planteado un escenario optimista, y pocos contaban con que Contador le sacara menos de un minuto y Froome, apenas 40 segundos. Lo que Froome y Contador ganaron porque son especialistas contrarreloj lo compensaron Purito y Valverde, porque lo son en la montaña, y todo quedó en un puño. El ciclista de Pinto empezó como una bala y Froome le mantuvo el pulso. Eso, en los primeros 15 kilómetros, llanos. Pero Purito tenía un plan, y lo desveló finalizada la etapa: sabía que no se podía desfondar en el terreno que menos le favorecía. Valverde también lo sabía. Así que cuando los cuatro se plantaron al comienzo de la ascensión al Alto Monte Castrove, un puerto de tercera categoría, algo cambió. Froome comenzó a retorcerse sobre la bicicleta, incómodo; un cuadro tan distinto al que ofrece en cada lucha contra el cronómetro su líder, Bradley Wiggins, tan elegante y tan preciso en el pedaleo. El británico movía la cabeza, resoplaba, como si no esperase semejante panorama, como si le hubieran sorprendido con una emboscada el día que debía llegar al campamento base, que es el liderato.

Llegaron las rampas y Valverde, espléndido, comenzó a rodar como si fuese un especialista, convertido definitivamente en el tahúr de la Vuelta, el que se guarda las cartas y juega las manos que a todos sorprenden. Y Joaquim Rodríguez, un titán, aguantó, dando cada pedalada como un puñetazo en una pelea por mantener el maillot que llevaba sobre el cuerpo. Tanto se batió por conservar el liderato que al final lo consiguió y dejó a Contador con un palmo de narices.

Cada uno los cuatro tenía sus anhelos, sus miedos y sus certezas, en función de sus resultados, del recorrido, de sus fuerzas y, un poco, de lo que cada uno opinaba de los otros tres. “Igual hasta podría mantener el liderato”, había dicho Purito,el líder y, a priori, el peor contrarrelojista. “Las cronos no son lo mío pero trabajaremos lo mejor que podamos para coger todos los segundos posibles”, soltó Valverde, ya abiertamente ambicioso, y olvidada su declaración del tercer día, cuando después de ganar en Arrate advirtió de que ya había cumplido sus objetivos. La ambición que ha ganado Valverde parecía haberla perdido Contador, quien antes de la contrarreloj dijo que su objetivo no son las victorias de etapa, sino formar parte del podio de Madrid. ¿Quién lo iba a decir de él, que se plantó en la Vuelta no aspirando al podio, sino a ganar “por toda la gente” que le apoyó en su calvario de su sanción por dopaje? Y Froome, el favorito, había tirado de precaución, ahora que ya todos le señalan a él, irremediablemente protagonista: “Es una crono buena para los escaladores, con subidas y descensos técnicos. Habrá que tener cuidado”, advirtió.

Todos, a su manera, acertaron. Era una carrera imprevisible. Tanto, que Purito conservó el liderato, con lo que probablemente ni Contador ni Froome contaban. Tanto, que la Vuelta llegó a Pontevedra convertida en un polvorín y un minuto es, ahora, un mundo y un segundo, también.

1ª etapa: Castroviejo, oreja y rabo

2ª etapa: El chupinazo alemán

3ª etapa: El contador se pone en marcha

4ª etapa: Un abanico tormentoso

5ª etapa: El indomable Degenkolb

6ª etapa: Froome le tira el guante a Contador

7ª etapa: Degenkolb, coleccionista de víctimas

8ª etapa: Supersónico Valverde

9ª etapa: Purito asalta Montjuïc

10ª etapa: Pensando en el tictac

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