Nadal no ve todavía la luz
El tenista, que no compite desde Wimbledon por una lesión en la rodilla izquierda, tampoco lo hará en Nueva York
Rafael Nadal anunció ayer que no competirá en el Abierto de Estados Unidos, que comenzará el 27 de agosto, porque aún siente los dolores en las rodillas que le impidieron participar en los Juegos Olímpicos y los torneos obligatorios de Toronto y Cincinnati. Su decisión tiene cuatro consecuencias: sumará como mínimo 78 días sin jugar desde que cedió en la segunda ronda de Wimbledon; probablemente, perderá la condición de número tres del tenis mundial en favor del británico Andy Murray; se ausentará de un certamen del Grand Slam por primera vez desde Wimbledon 2009 y seguirá buscando una solución para los problemas que sufre, especialmente en la rótula izquierda.
“Va lento”, dijo esta misma semana el mallorquín, de 26 años, al que mucho tienen que martirizar las articulaciones para renunciar a un torneo a casi dos semanas de su inicio; “no es la misma lesión [una tendinitis] de otros años, que la tenemos más o menos localizada. Esta es un pelín diferente”.
¿Cuándo volverá a las pistas? “Nadie lo sabe”, explicaron fuentes de su equipo; “es cuestión de resetear. Un parón para que desaparezca el dolor y se cure”.
En Wimbledon, la última competición que ha disputado, Nadal empezó a someterse a una batería de ecografías y resonancias para confirmar o descartar la existencia de “una pequeña rotura en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda”, según fuentes médicas. Tras su eliminación, los doctores le prescribieron dos semanas de reposo absoluto.
Tengo que continuar con mi recuperación para competir en las condiciones adecuadas”
Cumplido ese plazo, viajó a Madrid para ser presentado como el abanderado español en la ceremonia inaugural de los Juegos. A los cinco días, sin embargo, renunció a participar en la cita olímpica y se le ordenaron otros 15 de descanso. Entonces, su equipo no confirmó ni desmintió que hubiera sufrido algún nuevo percance.
El manacorense ha renunciado a cuatro torneos de su calendario, lo que eleva a 1.380 los puntos perdidos durante la gira norteamericana, le deja sin defender la final de 2011 en Nueva York y pone entre interrogantes la fecha de su vuelta a la competición.
Su siguiente oportunidad, de estar recuperado y dispuesto, sería la semifinal de la Copa Davis entre España y Estados Unidos, del 14 al 16 de septiembre en Gijón. Pero nadie sabe cuándo regresará a la pista: tras esa eliminatoria, comenzará precisamente la temporada de cemento bajo techo, que es la más dura para las articulaciones.
“Me siento muy triste por tener que anunciar que sigo sin estar listo para jugar y que tengo que ser baja en el Abierto de Estados Unidos”, ha dicho hoy Nadal, que intentó recuperarse con antiinflamatorios, termoterapia, fisioterapia y ejercicios con cuerdas elásticas; trabajando en una bicicleta estática y una máquina elíptica y volviendo progresivamente a las prácticas; “tengo que continuar con mi recuperación y preparación para competir en las condiciones adecuadas”.
Tras ganar 11 títulos grandes y batir este año el récord del sueco Björn Borg en Roland Garros (siete), Nadal, explicaron en su equipo, ya no puede solo participar, sino que debe competir para ganar. O siente que sus piernas están para luchar por el trofeo en litigio o espera a que lo estén. Por ahora, y antes de volver a pasar consulta con sus médicos, no ve la luz al final del túnel.
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