Todo un récord de Lorenzo

Lo que uno siente en el famoso Sacacorchos es puro vértigo. Lo que debe sentir alguien capaz de hacer rodar una moto a 267 kilómetros por hora y lograr pasado ese retorcido tramo de la pista, donde se esconde una curva ciega, mejorar una vuelta que parecía perdida es difícil de describir. Lo que hizo Jorge Lorenzo en Laguna Seca (hoy la carrera a las 23:00, Telecinco), en la última vuelta, cuando Casey Stoner creía haberle arrebatado la pole en su último intento fue puro arte. El arte de sacar lo mejor de una moto exquisita, el arte de exprimir los neumáticos al límite. Tanto que batió el récord de la pista, casi medio segundo más rápido (1 minuto y 20,554 segundos; el anterior, en posesión de Stoner, era de 1m y 20,700s), en un día aciago, más frío que el anterior, que se levantó con una niebla tan densa que apenas dio opción a los pilotos de darse unas vueltas durante el último entrenamiento libre, de hecho ni Stoner ni Pedrosa salieron del taller.

El piloto mallorquín batió el récord de la pista, casi medio segundo más rápido (1 minuto y 20,554 segundos)

Pero Jorge Lorenzo, que en solo cinco giros por la mañana y con un asfalto mojado, resbaladizo y frío, ya igualó el mejor tiempo del viernes, está en estado de gracia. Confía en su Yamaha como nunca en los últimos años. La M1 mantiene lo que la hizo la moto más estable y envidiada de la parrilla en 2010 y ha corregido las deficiencias que hicieron de ella un paquete inferior a la Honda en 2011. Hoy su potencia no es un hándicap en comparación con las motos de Stoner o Pedrosa -Lorenzo cerró la sesión de clasificación como el segundo con mejor velocidad punta (267,7), por detrás de la Ducati de Rossi (268,1) y por delante de la Honda de Pedrosa (267,4)-; la aceleración es buena; y el paso por curva sigue siendo excelente. La delicadeza de Lorenzo al manillar, arañando décimas al cronómetro hace el resto. Como en esa última vuelta del sábado cuando cerró con un casco rojo -que indica que se ha perfeccionado el mejor parcial de todos los pilotos- un giro que había empezado con tres cascos grises -la señal en las pantallas de que el tiempo no mejora al mejor crono logrado durante la sesión-. El mallorquín solucionó la papeleta con un último parcial, el que peor se le daba durante los entrenamientos previos, brillante. Recuperó el tiempo perdido en cuestión de 24 segundos, lo que tardó en cubrir el T4.

Si bien, la sesión de clasificación dejó algunas conclusiones más: que Dani Pedrosa tiene tan buen ritmo como Lorenzo, a pesar de terminar el tercero, a más de tres décimas. Y que Stoner, que había pedido paciencia la tarde del viernes, después de unos entrenamientos discretos en los que nunca pudo acercarse a los dos españoles, está siempre ahí cuando las cosas se ponen serias y hay que marcar un tiempo fantástico a una vuelta para asegurarse la primera fila. Tanto uno como otro disponen desde este gran premio de una moto totalmente nueva, que Honda puso en la pista de Mugello hace un par de semanas, durante los tests celebrados después del gran premio de Italia. El nuevo prototipo es tan genial que en sus primeras pruebas no ha necesitado de muchas vueltas para rodar en tiempos de récord. Es nuevo el motor, nuevo el chasis. Y las mejoras, aparentemente imperceptibles, permiten ya de inicio una mejor conducción. El rendimiento exhibido sin apenas rodaje permite confiar en que el crecimiento puede ser aun mucho mayor.