“Si perdemos, que sea con orgullo”

El balonmano español debuta (17.15, contra Serbia) con la idea puesta en jugar por vez primera una final olímpica. El equipo ha cambiado mucho desde el bronce en Pekín. Al frente está Valero Rivera (Zaragoza, 1953).

Pregunta. ¿Qué es el balonmano?

Respuesta. Un deporte de equipo muy completo, que exige estar siempre ayudando al compañero y recibiendo su ayuda. Físicamente es exigente, táctico y rápido…

P. ¿Ha cambiado mucho desde que usted jugaba?

R. Muchísimo, en la velocidad del juego, en las condiciones físicas, en las soluciones tácticas.

P. ¿Cómo se recuerda de jugador?

R. Era un jugador de equipo. Era central, así que no tenía más opción que ayudar.

Hay un jugador que pensaba que podía dar un poco más. Él lo sabe"

P. La leyenda dice que sus peores notas en la carrera de INEF fueron en balonmano…

R. Es cierto, no me preocupaba. Además, tenía mis ideas y alguna vez tuve alguna discusión con mis profesores. En fútbol tuve a Olivella de profesor, me preocupé y saqué excelente; de baloncesto a Buscató, me preocupé y también saqué excelente, pero en balonmano me pusieron un suficiente, por culpa mía.

P. ¿Es usted muy cabezón?

R. Cuando creo en algo lucho por ello. Pero siempre quiero tener a los mejores a mi lado porque es la manera en la que el equipo mejora.

P. Usted debutó en el Barcelona en 1971 y desde entonces ha estado vinculado al balonmano de élite. ¿Por qué son sus primeros Juegos?

R. Porque solo estuve en la selección en el 93, para un Campeonato del mundo. Como jugador no llegué a debutar. No tenía la calidad y coincidí con Goyo, en paz descanse, y Villamarín. Era lógico que no me llamaran a mí.

P. ¿Esto es lo que esperaba o le ha sorprendido algo aquí?

R. Algunas cosas ya no me cogen por sorpresa. Ir por la villa olímpica y ver a Phelps, sabía que podía suceder. Lo difícil es que salga tan bien porque esto es impresionante.

P. Tan impresionante como el grupo que les espera, ¿no?

R. De los seis equipos, los seis pueden pasar. Pero si quieres llegar a la final hay que ganar.

P. Para empezar, Serbia. ¿Qué tiene?

R. El mejor portero del Europeo, dos grandes lanzadores, a Ilic, mvp, del último torneo, jugadores que hacen jugar como Cutura, tiene extremos.

P. ¿Ganar a los daneses es posible?

R. Es posible. Pero soy honesto: se quedan fuera dos y uno puede ser España. Deseamos que no suceda, pero Croacia y Dinamarca tienen una solvencia demostrada. Eso también pueden decirlo ellos de nosotros. Podemos perder, pero si perdemos, que sea con orgullo.

P. Ha traído gente de su empresa de representación. ¿Le generó algún conflicto de conciencia?

R. Nunca. Todo el que no está en la selección sabe por qué, le he llamado y se lo he dicho, siempre habrá gente que quiere hacer daño.

P. ¿Es el campeonato que encara con más tensión?

R. Sí, por la exigencia. Tenemos ocho partidos, todos difíciles.

P. ¿El grupo seleccionado ha respondido a las expectativas?

R. En el 99 por ciento sí. Pero hay un jugador que pensaba que daría un poco más. La competición marca mucho y espero que de más de lo que nos ha dado hasta ahora. Tiene nombres y apellidos, pero no los diré. Él lo sabe.

P. Es un grupo bastante joven.

R. Yo siempre digo que creo en lo que veo. Pienso mucho pero al final, me decide lo que veo. En el preolímpico se lesionaron algunos jugadores ejemplares, y se cayeron de la lista. Con Alberto [Entrerríos] esperé hasta el último minuto y no pudo estar. Y el grupo que fue lo hizo muy bien. Pensé que podía dar la lista más tarde y que podía contar con Roberto [García Parrondo], pero la tuve que dar antes y opté por lo que vi.

P. ¿Este grupo es fiable en la competición?

R. Solo Dinamarca y nosotros llevamos dos semifinales seguidas. Eso nos ha de hacer sentir bien. Alemania no está, Polonia y Rusia tampoco.

Mi hijo fue a Francia y eso le ha cambiado. Si está aquí es porque se lo ha ganado”

P. ¿El equipo se le queda corto por la normativa del 14 más 1?

R. No puede ser que se juegue con un número diferente de jugadores. Llevamos cuatro años con un grupo de 16 y cuando llega lo más grande, baja a 14. No es bueno para nadie, ni para la competición ni para el entrenador.

P. Está su hijo, cuya presencia parece haber generado más polémica fuera que dentro del equipo.

R. Seguro. Es muy querido. No hay dudas de él, por cómo es. Tomó una decisión importante en su vida, irse a Francia y eso le ha cambiado, no a él, sino a mucha gente que no le conocía. Eso me enorgullece como padre. Pero si esta aquí es porque se lo ha ganado, no por ser mi hijo.

P. ¿Cambia mucho lo de ser entrenador de club a ser seleccionador?

R. Muchísimo. Aquí estoy pendiente básicamente de la pista. No puedo estar muy encima de todo porque en un mes los jugadores deben estar muy a gusto. Hay un orden, y tener a Hombrados de capitán lo hace todo fácil. Quiero que seamos conscientes de representar a España, al compañero que no ha venido, al chaval que ha estado en un campus este verano porque le gusta el balonmano… Eso debe darnos un plus. Y a quien no se lo dé no debería estar aquí. Somos unos elegidos.