Los Juegos del ayuno
Unos 3.000 deportistas musulmanes competirán en la cita de Londres, que coincide con el Ramadán
Doce horas de sol. Sin comer, sin beber. Hasta que cae la noche. El reto se complica si además, durante las horas de ayuno, debes escabullirte de un estrangulamiento sobre el tatami o recorrer los 400 metros vallas. Ése es el desafío al que deberán enfrentarse los atletas musulmanes que se den cita en Londres –unos 3.000, el 25% del total- y que decidan seguir el Ramadán. El mes sagrado para el islam ha comenzado ya y termina el 19 de agosto.
Abdelaziz Merzoughi forma parte del equipo español de atletismo. De origen marroquí y creencias musulmanas, el deportista no va a seguir el Ramadán, al menos en Londres. Lo dejará para después de los Juegos, donde compite en 3.000 metros obstáculos. La judoca francesa Sofiane Milous es de la misma opinión. Durante el último Mundial de judo, celebrado en agosto de 2011 en París, la deportista respetó el ayuno, pero para los Juegos Olímpicos no lo hará. “Es un tema entre Dios y yo”, dice. Como Merzoughi, Milous acatará el Ramadán tras la cita olímpica.
Las autoridades religiosas de los países islámicos han aprobado que sus atletas puedan comer y beber durante la competición
Pero no todos los deportistas comparten esta visión. El judoca Maher Abu Rmeileh, primer palestino que se ha clasificado para los Juegos Olímpicos por méritos propios, ha decidido no hacer excepciones. “Estoy seguro de que [el ayuno] no afectará a mi actuación. Estoy listo para competir y no importa si es Ramadán o no”, contó.
Desde los países islámicos, las autoridades religiosas han sido permisivas con sus atletas y les han dado el visto bueno para que puedan comer y beber durante la competición. En Marruecos, la Comisión de Ulemas (sabios religiosos) ha emitido una fetwa (decreto) en ese sentido, aunque aún falta que el rey Mohamed VI, como máxima autoridad religiosa del país, dé el visto bueno al edicto.
Lo mismo ha ocurrido en Egipto, donde el muftí (especialista musulmán en leyes) Ali Gomaa aceptó la petición del comité olímpico del país de eximir a los deportistas al considerar que no pueden hacer ejercicio físico si están ayudando.
En Jordania, el comité dice que sus deportistas son libres de elegir si ayunar o no. Además, un portavoz añadió que sus deportistas pueden tener en cuenta las fetwas emitidas por jeques o instituciones panislámicas en el pasado y que eran tolerantes respecto al tema de deporte y Ramadán.
Los restaurantes de la villa olímpica estarán abiertos toda la noche para que los atletas que sigan el Ramadán puedan reponer fuerzas
Según el islam, no todos los musulmanes están obligados a practicar el ayuno en Ramadán. Las mujeres embarazadas, los enfermos crónicos y los menores están exentos, al igual que las personas que se encuentran de viaje (los deportistas en el caso de los Juegos Olímpicos), aunque deberán recuperar los días de ayuno después.
Cuando se dio a conocer la fecha definitiva de los Juegos Olímpicos, numerosos países musulmanes protestaron y alegaron que coincidía con el Ramadán. El Comité Olímpico Internacional y el Comité de Organización no tuvieron en cuenta esas quejas y alegaron que eran organismos laicos y que, si cedían a esas pretensiones, otras religiones también empezarían a imponer sus exigencias. Lo que sí han hecho ha sido ponerles las cosas más fáciles a los deportistas: según AFP, cada lugar donde se celebre una competición ofrecerá alimentos para que los deportistas puedan alimentarse tras el ocaso, además de que los restaurantes de la villa olímpica estarán en marcha toda la noche.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.