Después de tanto tiempo, Millar
El británico se lleva la etapa nueve años después de su anterior victoria ● Egoi Martínez acabó tercero y la general no sufre cambios
Egoi Martínez, toda la etapa en una escapada de 200 kilómetros recorridos a pleno rendimiento, se quedó con la miel en los labios. Y con él, Kiserlovski, y Peraud, y Gautier. Los cuatro compañeros de fuga de David Millar se llevaron un chasco. El británico era el único que contaba con alguna victoria de etapa en el Tour y por fuerza y experiencia, se llevó otra. El resto tendrá que esperar. Los favoritos se dieron una tregua, que es tanto como decir que Nibali no atacó y Evans, tampoco, así que la general sigue igual y Wiggins (o Sky) descuenta un día.
En la etapa más larga de esta edición del Tour, 226 kilómetros para poner tierra de por medio con los Alpes, 12 ciclistas se marcharon al principio y a cinco de ellos el pelotón ya no les dio caza. Fue una fuga concienzuda y trabajada, de más de 200 kilómetros, una paliza a estas alturas. También fue selectiva porque siete corredores se quedaron en el camino. Al final, allí estaba el ciclista que Europcar manda a cada aventura que culmina con éxito: el miércoles, Voeckler; ayer Rolland; y hoy, Gautier. Le acompañaron Kiserlovski (Astana), uno de los que más lo intentó en los Alpes, Peraud (AG2R) y un español, Egoi Martínez (Euskaltel).
Con ellos, Millar, el único que había ganado una etapa en la Grande Boucle, uno de los epígrafes que más lustre puede dar al currículo de cualquier ciclista. Pero de aquellos triunfos le separaban muchos años: 12 del primero, en la etapa prólogo del Tour de 2000, 10 de su victoria en Bézieres y nueve de la crono en la que voló, a más de 54 kilómetros por hora camino de Nantes. Le separaba, además toda una carrera ciclista, interrumpida dos años (parte de 2004, 2005 y parte de 2006) por una sanción por dopaje que le apartó del título de campeón del mundo contrarreloj conseguido en 2003. De aquella historia se arrepintió después en un libro, Pedaleando en la oscuridad, en el que hizo votos por un deporte limpio. Hoy culminó su particular travesía, con una victoria en el Tour, pero aún le quedan los Juegos Olímpicos, en los que podrá competir porque el Tribunal de Arbitraje Deportivo levantó en abril el veto impuesto por el Comité Olímpico Británico a la participación olímpica de los deportistas de ese país que hubiesen sido sancionados por dopaje.
Clasificaciones
12ª etapa:
1. David Millar (G.B./Garmin), 5h 42m 46s
2. Jean-Christophe Peraud (Fra./AG2R), m.t.
3. Egoi Martínez (Esp./Euskaltel), a 5s
4. Cyril Gautier (Fra./Europcar), m.t.
5. Robert Kiserlovsky (Cro./Astana), m.t.
General:
1. Bradley Wiggins (G.B./Sky), 54h 34m 33s
2. Chris Froome (G.B./Sky), a 2m 5s
3. Vincenzo Nibali (Ita./Liquigas), a 2m 23s
4. Cadel Evans (Aus./BMC), a 3m 19s
5. Jurgen Van den Broeck (Bel./Lotto), a 4m 48s
6. Haimar Zubeldia (Esp./Radioshack), a 6m 15s
Rodaron los cinco, después de superar los dos puertos de primera categoría de la jornada (el Grand Cucheron y el Granier), con fuerza y con determinación, porque oportunidades como la de hoy no se presentan todos los días. Así que deprisa, deprisa, iniciaron la ascensión al Ardoix, puerto de tercera, con más de 11 minutos de ventaja sobre el pelotón, que a esas alturas ya tenía poco interés en darles caza. Tan deprisa rodaron que en una etapa de media montaña, con dos puertos de primera, rozaron los 40 kilómetros por hora de media. Eso, en cualquier caso, es mucho. Pero es más si se tiene en cuenta que las piernas acumulan ya 11 días de competición y casi 1.000 kilómetros, y que iniciaron la etapa a la sombra de la Toussuire, punto final de la etapa de ayer.
Tan rápido rodaron y tanto se entendieron que la cuestión clave, quién ganaría la etapa, la dejaron para el final. En esa estrategia que consiste en vigilar por el rabillo del ojo lo que hace el que rueda al lado, ninguno saltó con determinación hasta que lo hizo el más fuerte y se llevó el premio. Peraud, y con él Millar, arrancó con fiereza en lo más duro de la subida del Ardoix, y los otros tres ya no pudieron. Egoi braceó, pidiendo colaboración para alcanzar al británico y al francés, pero se quedó con las ganas. Midiendo la distancia que les separaba de los otros tres y redoblando la vigilancia el uno sobre el otro, Millar y Peraud se plantaron ante la meta y allí el británico, volvió a ser, tantos años después, el más fuerte.
Prólogo: Las variaciones Cancellara
Primera etapa: Los domingos generosos
Segunda etapa: Contra la melancolía, Cavendish
Tercera etapa: La construcción del personaje Sagan
Cuarta etapa: ¿Será Greipel el bosón de Higgs?
Quinta etapa: Y una montaña en San Quintín
Sexta etapa: Una guerra de guerrillas
Séptima etapa: El 'nuevo ciclismo' toma el poder
Octava etapa: Wiggins y sus 'enemigos'
Novena etapa: Wiggins, un Indurain muy locuaz
Décima etapa: Los maquis del Grand Colombier
Undécima etapa: Cuando el segundo es mejor que el primero
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