Serena, de bomba en bomba

Una vez más, la estadounidense Serena Williams da una lección competitiva. De grito en grito, la campeona de 13 grandes se clasificó para la final de Wimbledon tras tumbar 6-3 y 7-6 a la bielorrusa Azarenka para alcanzar su séptima final de Wimbledon. Durante el encuentro, Serena dispara 24 aces, el récord del torneo para un partido a dos sets. Su oponente no toca la pelota en los puntos decisivos. Así, cuando el sábado busque el trofeo ante la polaca Radwanska (6-3 y 6-4 a la alemana Kerber), la estadounidense tendrá todo a favor para batir su propio récord de saques directos totales en Londres (sumó 89 en 2010 y lleva 85 en 2012). Una barbaridad estadística: Radwanska, que será la número uno si gana el trofeo (si no, Azarenka ocupará el trono), suma 14 aces en todo el torneo. Serena hizo 16 solo en el primer set.

“¡No puede ser verdad!”, se emocionó la ex número uno tras lograr la clasificación en un partido intensísimo, disputado fieramente desde la línea de fondo, y en el que el saque, por supuesto, marcó la diferencia. “He trabajado tan duro, quería tanto esto…”, añadió. “Victoria es una gran jugadora, y me atrapé un poco en el segundo set. Empecé a pensar en el futuro, y ella volvió al partido [remontó un break de desventaja]”, continuó. “Estoy cerca, estoy cerca [de la final]’, pensé, y no se puede hacer eso. Radwanska va a devolver cada pelota, pero yo estoy feliz de haber llegado tan lejos”.

La polaca, campeona junior de Wimbledon y una tenista de gran talento, quizás la única que pisa los grandes escenarios renunciando a la fuerza y construyendo la jugada con cambios de dirección y ritmo, disputará su primera final del Grand Slam. De puertas a fuera, reaccionó con frialdad, como avisando de que no se daba por satisfecha. De puertas adentro es seguro que sabe que tiene un triple problema: Serena Williams, su leyenda y sus bombas.