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El susto de Olmedo

El mejor especialista español del 1.500m la pasada temporada se retira de los Europeos y cuestiona su participación en los Juegos de Londres

Amaya Iríbar
Olmedo, en penúltima fila segundo por la derecha, antes de retirarse.
Olmedo, en penúltima fila segundo por la derecha, antes de retirarse. Ian Walton (Getty Images)

Después de dos días con medalla, llegó la calma que dan un puñado de dignos finalistas y un gran susto para el equipo español en los Europeos de Helsinki: Manuel Olmedo, bronce hace dos años en Barcelona, indiscutible la temporada pasada en la prueba fetiche del atletismo español, cuarto en los Mundiales de Daegu, una de las pocas esperanzas para los Juegos de Londres que empiezan en un mes, no es capaz de terminar su serie, desfondado, a años luz de su versión más brillante. Tan preocupado acabó el sevillano que incluso se plantea renunciar a Londres 2012 si la cosa no mejora.

“Queda un mes para los Juegos, pero si voy es porque puedo luchar por medalla o por un puesto de finalista como mínimo y, ahora mismo, estoy muy lejos de eso. Hay que ser sincero”, confesó a la agencia Efe. El sevillano, que pasó hace un par de años del 800m al 1.500m con extraordinaria facilidad y que tan solo había corrido este año en Huelva –otra decepción-, lleva un curso complicado. Dentro y fuera de la pista. “Me he entrenado mucho y las cosas no están saliendo. Llevo unos días con dolores estomacales, pero tampoco quiero achacarlo a esto”, explicó de su preparación. Además, su novia sufrió un trombo pulmonar con todo el estrés que eso conlleva. Olmedo se descentró. “Estas semanas están siendo un sufrimiento, hacemos un entrenamiento bueno y otro malo”.

El resultado en la pista roja de Helsinki ha sido un abandono inesperado. “Las fuerzas no me daban para más”, reconoció. “No aguantaba otros 400m”, dijo de forma gráfica.

El problema para él es que a estas alturas de la temporada poco puede hacer un atleta salvo afinar y que su prueba, ese 1.500m que tantos éxitos ha dado al atletismo español, es hoy un corral con un montón de gallos. Uno de esos gallos, Álvaro Rodríguez, tampoco ha tenido hoy su día, en su gran estreno internacional tras años de quedarse fuera por un suspiro, y, atrapado en una carrera lenta, que tan mal se le dan, también se ha quedado fuera de la final. El único superviviente en Helsinki ha sido David Bustos (tercero en su serie, 3m 46,12s), al que se confía el equipo español que se llevó hace dos años el oro con Arturo Casado, recuperándose ahora de una lesión, y el bronce de Olmedo.

Si voy a los Juegos es para luchar por una medalla

Al lado de lo que le ha pasado a Olmedo, que Nuria Fernández e Isabel Macías se hayan metido en la final de 1.500m; que Diana Martín haya terminado octava en 3.000 obstáculos (y una renqueante Zulema Fuentes-Pila, 15ª); que Mario Pestano y Frank Casañas se despidan de Helsinki como quinto y sextos mejores lanzadores continentales de disco; todo eso es normal. Un poco más especial es que Igor Bychkov  sea finalista en pértiga. Pero lo de Olmedo es otra cosa. Es un susto, y bien grande, a un mes de los Juegos.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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