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Torres toma la delantera

España sella la goleada del torneo ante Irlanda con El Niño de inicio y Cesc como broche final ● El '9' por dos veces, Cesc y Silva materializan la victoria que arrima al equipo a los cuartos de final

José Sámano
Torres festeja uno de sus goles.
Torres festeja uno de sus goles.RADEK PIETRUSZKA (EFE)

España invirtió la trama ante Irlanda y selló la goleada del campeonato con delanteros y sin ellos. Torres abrió el camino que no encontró al final ante Italia y Cesc, el remedio en el primer partido, puso el cierre cuando la selección ya no tenía ningún ariete. Más que un debate, dos vías distintas que Del Bosque ha manejado como ha considerado oportuno, señal de que el seleccionador no es un inmovilista. Defendió su sistema tras el empate con Italia y no tuvo reparos en alterar ligeramente la hoja de ruta. El destino le hizo un guiño y Torres y Cesc, los que simbolizan de alguna manera una senda u otra, ya llevan dos goles cada uno.

ESPAÑA, 4 – IRLANDA, 0

España: Casillas; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Xabi Alonso (Javi Martínez, m. 65), Busquets; Silva, Xavi, Iniesta (Cazorla, m. 80); y Torres (Cesc, m. 74).

Irlanda: Given; O'Shea, St Ledger, Dunne, Ward; Duff (McClean, m. 76), Andrews, Whelan (Green, m. 80), McGeady; Cox (Walters, m. 46) y Keane.

Goles: 1-0. M. 4. Torres. 2-0. M. 48. Silva. 3-0. M. 69. Torres. 4-0. M. 82. Cesc.

Árbitro: Pedro Proença. Mostró la cartulina amarilla a St Ledger, Javi Martínez y Keane.

La portada de la jornada fue para Torres, por lo que significa para España su nuevo despunte en un gran campeonato. El Niño, frenado en su madurez futbolística, se ganó esta vez la confianza inicial de Del Bosque, que le tenía como plan A frente a Irlanda, tras ser el B en el debú. Si Cesc respondió en el primer partido con un gol de titular, anoche lo hizo con otro como suplente. Torres había tenido su turno y en apenas cuatro minutos puso a España en ventaja tras una jugada entre Iniesta y Silva, los mismos que produjeron el tanto ante los italianos, y que también se asociaron para brindar al Niño su segundo de la noche. En el primero, Torres maniobró como era. Potente y perspicaz, le birló la pelota a Dunne, un central forrado para el rugby, amagó a otro zaguero irlandés y reventó la pelota contra la red. Un gol muy de delantero, fruto de la voracidad, la explosividad y la contundencia en el remate. En el segundo, el Torres más reconocible: a la carrera, sin nadie a rebufo, y preciso en la definición. Mucho de lo que el madrileño tenía hasta que se mudó de Liverpool a Londres, donde le ha podido un cierto mal de altura, abrumado por su disparatado coste. El fútbol no siempre es amnésico y España, con Del Bosque al frente, le ha puesto el diván perfecto. La selección le necesita tanto como él precisa recobrar la dicha.

Torres, con sus desmarques por el frente de ataque, sacudió de su zona a los defensas y, como el seleccionador había reclamado, Arbeloa y Jordi Alba no se contuvieron

Si en el estreno, con seis centrocampistas, Del Bosque quiso controlar el juego antes de descorchar el partido en el último tramo con Torres y Navas, contra los irlandeses no se demoró. Torres, con sus desmarques por el frente de ataque, sacudió de su zona a los defensas verdes y, como el seleccionador había reclamado, Arbeloa y Jordi Alba no se contuvieron. Con recorrido los laterales, Silva e Iniesta pudieron ejercer de volantes. Lo demás fue cosa de Xavi y Alonso que, con Busquets de centurión, dieron todo el palique a la pelota. Un martirio para los chicos de Trapattoni, obligados a sudar como regaderas. Poco más que orgullo y abnegación tiene el grupo irlandés, que amagó de inicio con un remate de Cox que desvió Casillas y ya apenas pudieron echar un vistazo al capitán español. Given, su colega, no tuvo un respiro.

Así es esta España, nada dogmática, con mayor o menor acierto, pero con más de una partitura. No importa un leve retoque al sistema

Por encima de los sistemas, España, con su excelente factoría de jugadores, recuperó la expresividad de su juego. Lo que su contención inicial e Italia le negaron no tuvo remedio para Irlanda, donde Trapattoni no ha podido reproducir el modelo del calcio. Imposible de exportar a un país con menos rango futbolístico y mucho menos vivero. Bastó que España ocupara con racionalidad los espacios, tuviera movilidad y custodiara el balón con la cadencia que le caracteriza para que el encuentro se disputara solo en dirección a la portería de Given. Torres, tras una cesión de Arbeloa, estuvo a un paso del doblete y se sucedieron las ocasiones. Pero no es España un equipo que produzca goles en proporción a su juego (27 remates ayer). Nunca perdió manejo, pero el segundo se hizo moroso y el fútbol es traidor.

El alivio casi definitivo fue cosa de Silva. El canario, en la línea de esta selección, tiene un rasgo diferenciador. En todo su repertorio, y se apreció de maravilla en el gol. Tras varios rechaces en el área, la pelota descansó a sus pies en el punto de penalti, en un microespacio, con varios machotes a su alrededor. Donde cualquiera hubiera sufrido un ataque de pánico, Silva paró el reloj, y embocó por una rendija, con un toque tan delicado como el de un jugador de billar. El espejo de España, un equipo más predispuesto para lo fino que para lo grueso. Quebrada definitivamente Irlanda, el grupo de Del Bosque fue cumpliendo paso a paso con lo proyectado. Al seleccionador le gusta que, al menos en la primera fase, participen el mayor número posible de jugadores. El marcador le permitió que Javi Martínez y Cazorla tuvieran su tiempo. Y, como si fuera una señal divina, Cesc, tras un significativo cambio por Torres, cerró el resultado. Una goleada abierta por un ariete y abrochada por un centrocampista cuando ya no había delanteros puros.

Así es esta España, nada dogmática, con mayor o menor acierto, pero con más de una partitura. No importa un leve retoque al sistema. A partir de una idea que nadie discute, son los jugadores quienes deben evitar la retórica cuando no hay delanteros ni ir por la directa cuando los hay. Con uno u otro modelo, lo que distingue a España es cómo encuentra los espacios. Con otra movilidad, nada que ver con el primer tiempo ante Italia, ayer los vio por todos los rincones.

Los desempates se resuelven así:

a) puntos en el o los partidos entre los equipos igualados;

b) diferencia entre los goles a favor y en contra en ellos;

c) goles a favor en ellos;

d) diferencia entre los goles a favor y en contra en todos los partidos del grupo

e) goles a favor en todos.

* España se clasifica si gana a Croacia o empata. Si pierde, de no ganar Italia a Irlanda. E Italia se clasifica si gana y España-Croacia no empatan o lo hacen 0-0. Si es 1-1, dependería de la diferencia de goles general. De ser 2-2 o más, Italia queda eliminada. Se repetiría lo que ya le pasó en la Eurocopa de Portugal 2004. Entonces, en la frase de grupos, Italia llegó a la última jornada con dos puntos, y Dinamarca y Suecia, que jugaban entre sí, con cuatro. Un empate a dos entre daneses y suecos clasificó a ambos y dejó fuera a La Azzurra.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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