Italia y Croacia abandonan la calma

Mientras en España se le sigue dando vueltas a la discutida alineación de Cesc, la carencia goleadora de Torres y un largo etcétera tras el empate ante Italia, la selección azzurra afronta la segunda jornada sin demasiado nervio. La superioridad mostrada en ciertos momentos del partido ante la campeona del mundo ha funcionado como un bálsamo para un grupo fácil de revolver, pero capaz de incrementar la confianza en sí mismo de manera exponencial.

Un estado que comparte, al menos de inicio, con su próximo rival. Croacia, o la banda de rock, como calificó el seleccionador Slaven Bilic a su equipo, afinó en su partido ante Irlanda (3-1), guiada principalmente por la batuta de Modric. El jugador del Tottenham se medirá hoy a la pareja Pirlo-De Rossi en el centro del campo, que ya bloqueó la creación de juego de España, en un duelo aparentemente desigual, a pesar de que el juego de los croatas nace generalmente de las pérdidas del rival y de la capacidad del pequeño Cruyff para conectar con el ataque.

Italia es capaz de incrementar la confianza en sí misma de manera exponencial

Con la necesidad de conseguir una victoria que coloque a Italia por delante de los Croacia, nada hace presagiar que el planteamiento de Prandelli varíe respecto del utilizado en el primer partido. Arriba volverá la pareja Cassano-Balotelli, a pesar de que el jugador del Manchester City recibió algunas críticas tras el partido ante La Roja. Del otro lado Croacia, armada en defensa y con Modric y Mandzukic como pareja más creativa, tratará de aprovechar la falta de movilidad del centro del campo italiano para lanzar el contragolpe.

Un partido en el que la calma que ha rodeado las concentraciones de ambos equipos dará paso al segundo capítulo de dos bloques que esperan mantener el argumento inicial.