España defiende su idea
La selección se mide hoy a Irlanda y Del Bosque y sus jugadores creen en la táctica empleada ante Italia.- El técnico matiza que los laterales deben ser más profundos en favor de Silva e Iniesta
La estrella de campeón pesa tanto que hasta un empate con la jerárquica Italia causa cierta pesadumbre en algunos sectores, como si los italianos fueran una selección de descamisados. Tampoco lo es Irlanda, el rival de hoy, aunque tenga menos graduación. España nada debe temer. Su idea futbolística la refuerza y ni siquiera algunas de sus lagunas en el estreno, las que han dado paso a un debate futbolero con algunos, eso sí, excesos contra el seleccionador, la ponen bajo sospecha. El estilo no se discute, proclaman estos días sus jugadores, conocedores de que han llegado a la cumbre con un pensamiento propio, con su heterodoxo juego como apoteosis de sus triunfos. Lo sabe Del Bosque, hombre cauto, que bien podría repetir el equipo del bautizo o no hacer más de un cambio. “No es cuestión del sistema, sino de cómo se utiliza el sistema. La táctica ante Italia fue fantástica y la decisión del míster fue la acertada”, apuntó ayer Xabi Alonso en referencia a la falta de un delantero genuino en la alineación titular.
No es cuestión del sistema, sino de cómo se utiliza" Xabi Alonso, jugador de la selección española
Tras las calamidades del partido inaugural en el Mundial de Sudáfrica 2010 ante Suiza, Del Bosque pidió rebeldía, compromiso y convicción. Para la segunda cita, con Honduras, solo se descolgó Silva, con el pesar de un entrenador que lamentó que el canario quedara señalado. Esta vez, el encuentro ante Italia no le ha inquietado tanto y de sus palabras de estos días en Gniewino, sede del claustro español en Polonia, se desprende que donde más ha puesto el acento es en la convicción. De ese rasgo España va sobrada por más que su despliegue ante los italianos destilara que el equipo precisa algo más de profundidad con arietes, extremos o mediocampistas que busquen la llegada, el espacio. Como dijo ayer Del Bosque: “Queremos que los laterales [Arbeloa y Alba, que, como Torres, están a una tarjeta amarilla de la suspensión] sean más ofensivos para que equilibren la salida del balón y Silva e Iniesta puedan penetrar por dentro”. Matices que no harán, o no deberían hacer, claudicar a un grupo de jugadores que ha hecho del fútbol de chistera su principal y exitoso sustento.
Jugar sin un ariete puro no es ningún sacrilegio ni algo insólito. La propia España, así como otros muchos de los mejores equipos de la historia (el River en los años 40, Hungría en los 50, el Madrid en los 60, Brasil y Holanda en los 70, el Barça de estos tiempos…) lo han hecho. Todos, como esta selección española, con un aroma diferenciador, tuvieron tanto ingenio como eficacia.
La referencia más próxima a lo que puede ser el duelo con Irlanda remite al encuentro de clasificación disputado con Escocia en Alicante en octubre pasado. Frente a un equipo con el perfil del irlandés, fuerte físicamente, solidario, poderoso en el juego aéreo y sin tránsito en el manejo de la pelota, Del Bosque alineó a un solo pivote —Busquets, ya que Alonso tenía molestias en una pierna y nadie de sus características ocupó el puesto— y cinco bajitos: Xavi, Silva, Cazorla, Pedro y Villa. España hizo un bellísimo partido y ganó por 3-1 con dos tantos de Silva, que jugó de nueve postizo, y otro de El Guaje, acostado en la izquierda. Torres y Negredo se quedaron en el banquillo y Llorente no apareció hasta el minuto 62, ya con 3-0 en el marcador. En definitiva, Del Bosque no quiso que los centrales escoceses, de tallo largo, se midieran con un ariete convencional, sino con jugadores que les enredaran la cintura.
Irlanda ha sido el equipo con menos posesión (29 minutos) de todos los que han actuado hasta ahora
Algunos datos simbolizan a esta Irlanda de Giovanni Trapattoni que ha ascendido hasta el 18º puesto en el ranking de la FIFA. Ha sido el equipo con menos posesión (29 minutos) de todos los que han actuado hasta ahora y Dunne, su rocoso central, que juega mucho más con la cabeza que con los pies, es el futbolista que más faltas ha cometido. Es una selección aguerrida, solidaria, tendente a defenderse en manada sin rubor y salir a la contra. El molde del estilo Trapattoni, a sus 73 años el técnico más veterano del campeonato, y con una receta similar llevó a España al precipicio de los penaltis en su último enfrentamiento en un gran torneo, el Mundial de 2002.
“El que quiera espectáculo que vaya a la Scala de Milán”, suele decir Trap. O a ver a la España de estos tiempos, que no tiene otro dogma que el buen fútbol, con arietes o sin ellos. Cuestión de Del Bosque, que nunca fue un piernas de los banquillos ni alguien que tome decisiones por capricho.
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