“Quiero atacar como una banda de rock”
El seleccionador croata establece conexiones entre el fútbol y la música
Un arete colgando de su lóbulo izquierdo, vaqueros, camisa abierta, barba de cuatro días, pelo revuelto y una sentencia que justifica esa imagen cuidadosamente descuidada que luce el seleccionador croata, Slaven Billic (Split, 1968): “Una banda de rock es muy similar a un equipo de fútbol. Tienes que llevarte bien con los otros, protegerles, luchar por ellos y ayudarles. Para componer una buena canción o marcar un gol tienes que hacer algo especial. En una banda también necesitas buenos solistas, estrellas, pero, como en el fútbol, deben formar parte del equipo. Hay conexión entre la música y el fútbol. Ambas son disciplinas muy emocionales”.
Ausente del último Mundial, esta Eurocopa recupera a un personaje que en la edición de 2008 cautivó por la intensidad con la que vivía los partidos. Vicente del Bosque cuenta cómo el propio Bilic le confesó que, si no hubiera perdido energías al celebrar el gol ante los turcos que, ya en la prórroga, les metía en las semifinales, quizá estos no les habrían empatado y forzado los penaltis que les eliminaron. “Eso siempre estará ahí, pero también tuvimos mala suerte. Tampoco fuimos capaces de esconder el balón, hacer una falta o dar un pelotazo. Espero que ahora sí seamos capaces de hacerlo”, advierte.
Defensivamente, me gusta que mi selección esté ordenada, como una orquesta”
Hoy, Croacia debuta ante Irlanda (20.45, Cuatro) y en el área técnica emergerá el entrenador más emocional de los 16 que están en el torneo: “Es buena esa afirmación que dice que Irlanda es ahora más Italia que la propia Italia, pero [Giovanni] Trapattoni no ha quitado sus virtudes a los irlandeses. Les ha añadido disciplina y orden táctico. Siguen corriendo mucho y son buenos al contragolpe y en las jugadas a balón parado. Con Trap no les haces 10 ocasiones; si acaso, dos o tres”.
No considera Bilic que ser polifacético le convierta en alguien especial o en una rareza: “No me gustan muchas cosas, pero las que me gustan me vuelven loco. El fútbol, la música, mi familia, mis hijos… Escuché que soy especial, pero es que lo que hago me emociona. Toco la guitarra [es vocalista y guitarrista del grupo de rock croata Rawbaw], pero también era bueno en la escuela y terminé la carrera de Derecho. Por eso hay gente que dice que no soy un personaje normal dentro del fútbol, pero puedo estar 24 horas hablando sin parar de este juego”.
Jugué en el Aston Villa y de Birmingham son Black Sabbath, Iron Maiden, Judas Priest...”
En esa ligazón entre la música y el fútbol, el técnico croata elige una mezcla antagónica para diseñar una estructura ideal: “Defensivamente, me gusta que mi selección esté ordenada a la perfección, como una orquesta. Pero, ofensivamente, quiero que ataque como un grupo de rock, con fuerza: una descarga inesperada por diferentes flancos. Escucho distintos tipos de música, pero estoy metido más en el rollo heavy. Jugué en el Aston Villa y de Birmingham salieron Black Sabbath, Iron Maiden, Judas Priest...”.
Preguntado por lo que le transmite el heavy-metal, se pone solemne y hasta trascendente: “Es una música muy emocional y honesta. En España hay un grupo, Héroes del Silencio, que, sin ser metalero, tiene esos valores. También me gustan las películas de Almodóvar. Es diferente”. Bilic es fumador desde su etapa de jugador —“no sé si entre mis jugadores los hay”—, como muchos compañeros de aquella generación que alcanzó el tercer puesto en el Mundial de 1998: “Éramos buenos amigos y eso nos reforzó como equipo. Teníamos grandes individualidades: Suker, Boban, Asanovic, Boksic, aunque no jugó; Jarni, Stimac… No sabría decir cuál es el secreto para que Croacia compita tan bien o saque tantos talentos. No somos un país grande ni tenemos una Liga fuerte. Lo que sí hay es un gran espíritu nacional. Nos motiva mucho jugar para Croacia. Esto y las buenas relaciones entre todos los estamentos nos hacen ser mejores de lo que somos”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.