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EUROCOPA | GRUPO C
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El arte del oficio

“Mira Andrea, si bajas un poco, nuestro equipo tendrá más balón, tú te divertirás más y explotarás los privilegios de tu calidad técnica”

Carletto Mazzone, cuando dirigía al Brescia.
Carletto Mazzone, cuando dirigía al Brescia.ap

Brescia es la casa de Andrea Pirlo, futbolista crecido en Flero, tierra lombarda. Por eso, cuando vi que tras su paso por el Inter se marchó al Reggina, lo llamé. “¿No prefieres estar cerca de los tuyos?”, le pregunté con acierto. Al año siguiente, regresó a su equipo y nació el Pirlo que hoy todos conocemos. Andrea era un trescuartista reconocido porque tenía calidad técnica para jugar ahí. Ni más ni menos. Pero ese no era su oficio y no se daba cuenta. Era cuestión de lógica encontrarle su lugar sobre el césped porque siempre quería tener el balón, porque le sobraban las aptitudes para repartirlo. Nuestra conversación, al principio de la temporada, fue algo así:

—Mira Andrea, si bajas un poco, nuestro equipo tendrá más balón, tú te divertirás más y explotarás los privilegios de tu calidad técnica.

—No lo sé, míster, no lo tengo claro.

—No seas desconfiado. Créeme. Probamos en los entrenamientos y en algún partido amistoso. Y luego me dices.

Yo sí que lo tenía claro. Sabía lo que hacía porque años antes hice lo mismo con Giuseppe Giannini en el Roma. La cuestión era simple: eran futbolistas que sufrían con los marcajes y, por sus aptitudes, podían pasárselo muy bien en el césped. El problema es que al principio Pirlo, como buen mediapunta, siempre quería ver la portería y marcar goles. Por eso, a veces dudaba al jugar por delante de la defensa, tan lejos del gol. Pero le impuse la faceta defensiva y, con el tiempo, se dio cuenta de que tenía más espacio para jugar y para poner el balón donde escogiera. Le expliqué que a esto se debe jugar con el fútbol que nace desde atrás. Pasado el tiempo, me vino con la sonrisa en la cara, entusiasta. “Tenías razón”, me vino a decir. Ese era su rol.

Le expliqué que a esto se debe jugar con el fútbol que nace desde atrás"

Ahora, sigue ahí, en el centro del campo, después de una década maravillosa moviendo los hilos del Milan, tras un año estupendo en el Juventus. También tiene la batuta de Italia. Eso es por la inteligencia que atesora, otra razón por la que le puse ahí.

El mediocentro debe ser inteligente. Por eso también me convenció rápidamente Guardiola. Otro muy técnico, con la capacidad para leer el juego antes que los demás, que transformaba al equipo cuando estaba porque aportaba posesión. Pero Pep, al contrario que Pirlo, siempre jugó en el mismo sitio. A Andrea, simplemente, hubo que darle un empujón.

* Carlo Mazzone entrenó en el Brescia a Pirlo en el curso 2000-2001, y a Guardiola en 2001-02 y 2002-03.

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