Bendtner, el bombardero danés

La psicóloga del Arsenal le hizo un test al llegar al primer equipo y quedó patidifusa ante las respuestas del futbolista, hasta el punto de que sacó una conclusión: a Nicklas Bendtner (Copenhague, Dinamarca; 1988) le sobra y de forma exagerada la confianza en sí mismo. Los sucesivos varapalos que le ha dado el fútbol, sin embargo, no parecen haber atemperado su carácter engreído y ambicioso.

Niño prodigio en Dinamarca, a los 16 años recibió ofertas de clubes como el Inter y el Manchester United, pero se decantó por el Arsenal y su política de cantera. El tiempo le otorgó la razón, sobre todo porque el técnico Arsène Wenger le dio oportunidades desde el principio. Quizá eso le envalentonó, hasta el punto de que tras un año en la academia gunner, exigió que le subieran al primer equipo. No tuvo castigo su gallardía –aunque le enviaron al Birmingham para que se probara-, como tampoco que le pillaran en una discoteca con los pantalones bajados. Así es Bendtner, futbolista que llegó a proclamar que se veía capaz de ser el pichichi de la Premier, y que, a excepción de Dinamarca, siempre porta el dorsal 52 en homenaje a los bombarderos de guerra norteamericanos B-52. Pero su falta de tino en el remate y participación en la ofensiva del Arsenal le fue desplazando del equipo, por más que diera de vez en cuando recitales, como marcarle tres goles en un partido de Champions al Oporto. Así, Van Persie y Chamakh le apartaron este curso del once titular y en el mercado veraniego explotó: “Me voy de aquí”. Dicho y hecho, el club londinense le buscó una cesión al Sunderland, donde el talludo ariete (1,93 metros) ha firmado unos números mediocres, con ocho goles y cinco asistencias en 31 encuentros.

Michael Laudrup ha señalado en alguna ocasión y con la idea de rebajar su arrogancia que “no está a la altura de Drogba o Rooney"

Titular indiscutible de la selección danesa –más que nada porque apenas le presentan competitividad en el puesto Mikkelsen (Nordsjælland) y Pedersen (Groningen)-, su compatriota Michael Laudrup ha señalado en alguna ocasión y con la idea de rebajar su arrogancia que “no está a la altura de Drogba o Rooney”. Tiene, en cualquier caso, la Eurocopa para demostrar lo contrario, para ganarse un buen contrato y equipo, toda vez que finaliza contrato con el Arsenal.