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Nadal, el azote de un golpe

Al derrotar al italiano Bolelli, el español eleva al 88% sus victorias contra jugadores con el revés a una sola mano, un tiro en retroceso

Juan José Mateo
Rafael Nadal, durante su enfrentamiento con Simone Bolelli.
Rafael Nadal, durante su enfrentamiento con Simone Bolelli.patrick kovarik (AFP)

El Rafael Nadal que emerge tras abrumar con un 6-2, 6-2 y 6-1 al italiano Simone Bolelli en la primera ronda del torneo de Roland Garros es un campeón reflexivo. “Interiormente”, dice al comparar 2011, el año de la explosión del serbio Novak Djokovic, el número uno del tenis mundial, con 2012, el curso de la reconquista, “me siento mejor”. “Lo que me da confianza”, explica el español, “es la forma como estoy compitiendo, que el día a día de trabajo se me hace mucho menos difícil”. “Me siento con una frescura diferente”.

Ese Nadal renovado, sin embargo, sigue viviendo de las poderosas armas de siempre. Con su feroz derecha cruzada alta, “el gigante de seis metros”, como la bautizó Nicolás Almagro, el mallorquín destruyó el bello revés a una sola mano de Bolelli. Como tantos otros antes que él, el italiano sacrificó ese tiro en el altar del drive liftado de su rival. Desde 2005, Nadal ha ganado el 88% de sus duelos contra tenistas que practican ese golpe o el 91% si no se cuenta al suizo Roger Federer, un prodigio de coordinación, todo un genio entre los genios.

Djokovic, le ha ganado siete de sus últimos nueve partidos; el sueco Robin Söderling es el único que le ha derrotado en París

“Para poder jugar con el revés a una mano contra mí cuando yo estoy golpeando bien a la pelota, debes tener una gran fuerza”, prosigue Nadal, que en la segunda eliminatoria parisiense se medirá al uzbeko Denis Istomin, quien, cual leñador, revienta la pelota con el revés a dos manos. “Cuando yo tiro con mi derecha alto sobre el revés, es más fácil que el contrario la descontrole [la pelota] con el revés a una mano que a dos”, continúa. “Luego, hay tenistas que son muy fuertes desde delante [golpeando pronto la bola]: Calleri [Agustín, argentino], que tenía gran fuerza en el antebrazo, o Gasquet [Richard, francés] me pueden atacar aun tirando yo contra su revés. Pero, si me dan a elegir, prefiero que el contrario juegue a una mano. Veo más fácil el hueco”, concluye.

El historial de las derrotas de Nadal radiografía tanto sus fortalezas como sus debilidades. Djokovic, que le ha ganado siete de sus últimos nueve partidos; el sueco Robin Söderling, el único que le ha derrotado en París (2009), o el argentino Juan Martín del Potro, que le infligió su peor derrota en un grande (triple 6-2 en las semifinales del Abierto de Estados Unidos de 2009), pueblan sus pesadillas. Los tres tienen un elemento en común: están capacitados para recoger en pleno ascenso la bola alta de Nadal con su revés a dos manos, devolviéndola luego con el doble de velocidad, el triple de fuerza y el cuádruple de mala uva.

Al contrario, y siempre con la excepción de Federer, Nadal transita con placidez por sus duelos contra tenistas de revés a una mano. Es un golpe en retroceso. Solo hay seis tenistas entre los 30 mejores con ese tiro. Federer es el único que lo ejecuta de entre los diez mejores. Como explicó David Ferrer, ganador por 6-3, 6-4 y 6-1 del eslovaco Lukas Lacko: “El tenis ha evolucionado a dos manos porque los golpes ahora son más rectos y con dos manos te apoyas más. Es más práctico. Quizás no es tan bonito como el revés a una mano, pero en todas las escuelas se enseña a dos por eso”.

Hay cosas, claro, que no se enseñan. Nadal se convirtió ayer en el tenista más joven en sumar 150 victorias en partidos del Grand Slam: tendrá 26 años y siete días al cierre de Roland Garros (la Federación internacional apunta las marcas a torneo vencido), por los 26 años y 333 que tenía Federer cuando alcanzó esa cifra (Wimbledon 2008). Hasta en eso se cruzan los dos rivales legendarios: sus pasos ya dejan marcas en la tierra roja de París y huellas indelebles en la historia.

Resultados Segunda Ronda: Djokovic vence a Kavcic por (6-0, 6-4, 6-4).

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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