Sandoval: “La decisión de no renovarme se ha tomado a la ligera”

José Ramón Sandoval ha aparecido esta mañana en la sala de prensa de la ciudad deportiva del Rayo con gesto contenido, las lágrimas a punto de brotar de los ojos y “orgulloso” de su labor al frente del equipo. Ese era el envoltorio. El fondo ya se conocía, así que Sandoval ha confirmado lo que ya había anunciado el viernes pasado Felipe Miñambres, director deportivo: que no será el entrenador del Rayo Vallecano la temporada que viene.

El interés por escuchar a Sandoval era conocer su versión acerca de una marcha que la mayor parte de la afición no comprende. Sandoval no ha cargado contra los dirigentes del club, pero de sus palabras se desprende que está dolido por la decisión. Primero, porque entiende que “todos los objetivos se han cumplido”. Segundo, porque dice profesar un sentimiento vallecano. “Es mi barrio y es mi gente. A mí no me van a apagar la llama del rayismo”, ha anunciado a modo de despedida.

“Yo estoy en manos de las personas que deciden mi continuidad. Si alguien decide que yo no soy el adecuado para el año que viene, hay que respetar su decisión”. Sandoval ha insistido en que “respeta” la medida, de la misma forma que ha agradecido la oferta que le llevó al Rayo Vallecano hace cuatro años y medio. Pero su discurso ha reivindicado la labor al frente del equipo y ha sido un dardo implícito a los gestores. Entre líneas, ha deslizado que su marcha se debe a su implicación en asuntos no estrictamente deportivos. “Me voy muy orgulloso pese a todos los errores que he podido cometer por implicarme”, ha dicho. Y ha añadido: “Reconozco que alguna vez me he metido en un charco, por el cariño que tenía a este club y que he cometido errores, porque mi función era entrenar, pero había que salvar a este club. Si no hubiésemos cumplido el objetivo, igual estaría arrepentido de algo”. El charco de Sandoval es el enfrentamiento con los administradores nombrados en el concurso del Rayo Vallecano, con los que ha discrepado a propósito del cobro de unas primas por el ascenso a Primera conseguido el año pasado.

Reconozco que alguna vez me he metido en un charco, por el cariño que tenía a este club y que he cometido errores, porque mi función era entrenar, pero había que salvar a este club.

El éxito de Sandoval al frente del equipo con menos presupuesto de Primera División, intervenido judicialmente, es incuestionable, o así lo entiende él. Ha estado al frente del ascenso y el Rayo sigue en Primera después de un final de temporada agónico. El presidente del club se había mostrado satisfecho del trabajo de Sandoval, y por eso hay una sensación de incredulidad entre los aficionados rayistas, muy agradecidos con el técnico y presentes en gran número en la rueda de prensa de hoy, y el propio Sandoval. “¿Te esperabas una oferta de renovación, aunque fuera a la baja, del presidente?”, le han preguntado el técnico. “El hombre es preso de sus palabras y de sus hechos”, ha respondido. Luego ha ampliado su queja: “Según el director deportivo, era por el bien del Rayo que yo no estuviera. Creo que se han precipitado en tomar una decisión tan a la ligera”. Sandoval ha completado su lamento denunciando entre líneas su papel de chivo expiatorio de los problemas del club: “Ahora empieza una etapa donde no va a haber un muñeco al que señalar. A ver cómo lo hacen”.

El técnico se marcha con el cariño de la afición, porque deja al club después de lograr la permanencia. “El gol de Tamudo la grada lo va a cantar durante muchos años”, ha vaticinado. Su discurso ha estado trufado de alusiones a la grada, que lo considera uno de los suyos. “Soy un hombre rico”, ha comentado antes de añadir que dirigir al Rayo ha sido “la satisfacción más grande” de su vida. Sandoval ha asegurado que no sabe aún cuál será su futuro, aunque ha dicho que dispuso de ofertas de España y del extranjero, y que las rechazó porque en ellas no encajaba todo su equipo de trabajo. Tampoco sabe si Anquela, hasta ahora entrenador del Alcorcón, tomará las riendas del Rayo Vallecano.

Se marcha Sandoval, y con su partida la afición del Rayo siente que se marcha la pieza clave del éxito deportivo del club durante los últimos años. Así se lo hicieron sentir cantándole en el último partido de Liga, ante el Granada, el que supuso la continuidad en Primera. “Cuando me llamaban bucanero Sandoval me sentía realizado. Tienes que implicarte en el sentimiento para valorar lo que es esto. Quizá yo me he excedido en la implicación, pero esto va a ser mi casa siempre.”. Así ha concluido Sandoval su etapa en el Rayo Vallecano. Él se marcha y el club deberá buscar un nuevo entrenador que guíe al equipo a otro milagro que le aleje de la quiebra económica: seguir en Primera un año más.