No hay Juegos para El Emperador

Haile Gebrselassie es probablemente el mejor fondista de la historia, con permiso de su sucesor y compatriota, Kenenisa Bekele. Por su currículo y por esas carreras memorables que quedan en la memoria de todos los aficionados al atletismo. Como ese 10.000 de Atlanta 1996,  su primer oro olímpico. El gran Gebre, el atleta de la sonrisa perenne, ha fracasado, hoy en Hengelo, en su intento de correr, a los 39 años, en unos nuevos Juegos, los del Londres, de este verano. "Los Juegos se han acabado para mí", ha declarado a la agencia AFP tras la prueba. Habrían sido sus quintos Juegos.

La del etíope era una apuesta a todo o nada. Tras fracasar en su intento de correr el maratón en los Juegos, la prueba en la que se había especializado en los últimos años y de la que tuvo el récord del mundo, decidió intentarlo en el 10.000m, donde empezó a destacar hace ya 20 años. La Federación Etíope eligió Hengelo, la pista holandesa donde Gebrselassie ha batido alguno de sus récords, para hacer su selección olímpica. Allí acudieron Gebre y otros 14 compatriotas. Como Tariku Bekele, el hermano pequeño de Kenenisa, el ganador con la mejor marca mundial del año (27m 11,7s). Como Leleisa Desisa Benti, segundo. Los dos se han asegurado el billete olímpico porque el tercero tenía dueño desde hace semanas. Es Kenenisa Bekele que, sin embargo, solo pudo ser séptimo en el 3.000 con el que estrenó la temporada en Doha hace un par de semanas y que arrastra problemas físicos desde hace un par de temporadas

El Emperador solo ha podido ser séptimo (27m 20,39s) y se ha visto superado por otros tres compatriotras (el sexto ha sido el eritreo Mehdin).

Tras el tropiezo, un Gebre no tan sonriente como de costumbre anunció: "Es mi última carrera en pista". Su retirada, que suena razonable por su edad y resultados de los últimos años, es siempre una incógnita porque el etíope se ha ido muchas veces, a golpe de fracaso, y ha terminado volviendo a correr.

La ausencia de Gebrselassie de Londres 2012 es la ausencia de un hombre que dominó el fondo en pista casi a placer durante la década de los 90. Se proclamó campeón del mundo de 10.000m  por primera vez en Stuttgart en 1993 y repitió título otras cuatro veces, hasta Sevilla 99. A ello añadió dos oros olímpicos en la misma prueba, en Atlanta 1996 y Sidney 2000 y una ristra de plusmarcas mundiales (hasta 15 récords ha roto, según la Federación Internacional de Atletismo).

Sin él, y si no llega Bekele el mayor, que multiplicó la proeza de su antecesor -oro en 10.000 y plata en 5.000 en Atenas 2004, otros dos oros en Pekín 2008- el fondo se habrá quedado sin rey. O, como suele suceder en los grandes momentos, y los Juegos Olímpicos siempre lo son, buscará uno nuevo.