El corazón de ‘Las Águilas’
El murciano, destacado en la 'Champions' con el Benfica, es el quinto canterano del Madrid que llega a la selección tras abandonar el club
Javi García (Mula, Murcia, 1987) ha encontrado en Lisboa lo que no halló en casa. Es el timón de un equipo con la máxima aspiración en el campeonato nacional, en este caso en Benfica, porque no pudo ser el timón de Real Madrid, el equipo en el que militó desde los 13 años y que le dejó marchar dos veces: primero a Osasuna, en 2007, y luego al club lisboeta, en 2009. El centrocampista, pieza básica en el equipo de Las Águilas, consolida un grupo ya nutrido de excanteranos del Real Madrid en la selección. Es el caso de Juanfran, de Soldado y de Negredo. Arbeloa, dueño ahora del lateral derecho del equipo de Mourinho, se fue y volvió al Real Madrid, y solo Casillas ha debutado con La Roja siendo jugador madridista. Todos salieron de La Fábrica, ampliamente representada en la lista que hoy ha ofrecido Del Bosque.
El centrocampista murciano renovó por cuatro temporadas más en marzo de este año
Javi García se ha hecho con un bastón de mando que en Lisboa nadie discute. El centrocampista murciano ha asumido los galones del club más laureado de Portugal, y ha renovado por cuatro temporadas más en marzo de este año, pese a los cantos de sirena que llegaban de Inglaterra. En Lisboa ha encontrado la confianza con la que no contó en Madrid, pese a haber llegado al primer equipo con el Europeo sub 19 bajo el brazo. En su primer año en el primer equipo blanco le taparon Mahmadou Diarra y Emerson, y en el segundo fue engullido por la convulsa temporada del equipo. Del Real Madrid se fue a Lisboa, en una operación que pareció redonda para todos. Siete millones de euros pagó el Benfica, pero el club de Chamartín asumió la mitad de su sueldo. Al final, quien más ganó fue Javi García, que se hizo con las riendas de un equipo con presencia constante en la Liga de Campeones y llamado a pelear cada año por los títulos locales.
Mediocentro de los que aportan equilibrio, hasta el punto que se le ha visto desempeñarse también como central, su presencia en la lista de Del Bosque ha sido una sorpresa únicamente porque el fútbol portugués no suena a campanillas. Pero como de él ha dicho el seleccionador, va “porque ha jugado bien”. Además, ha jugado mucho: 21 de los 30 partidos de Liga, y las eliminatorias de Liga de Campeones, hasta que el Benfica cayó con honores ante el Chelsea en cuartos de final, vencido por un disparo imponente de Meireles en el descuento. Apenas seis minutos antes, un testarazo de Javi García había puesto al Benfica a un gol de la clasificación. El murciano ejerció en aquel partido el caudillaje de los grandes líderes. Jugó el Benfica con diez desde el minuto 40 y jugó, además, a remontar la eliminatoria, empinada no solo por la derrota en el Estadio da Luz la semana anterior por 0-1, sino también por el penalti transformado por Lampard cuando apenas habían transcurrido 20 minutos de partido. Si estuvo a un palmo de conseguirlo fue, en gran parte, por la demostración de personalidad de Javi García, tan ubicuo atrás para abortar las embestidas de un equipo que se relame con los contragolpes, como oportuno en el cabezazo que puso a Las Águilas a las puertas del cielo.
Del Bosque ha comprendido que Javi García, otro emigrado del Real Madrid, es el sostén indispensable de un equipo que, si bien no ha conquistado la Liga (ha terminado segundo, a 6 puntos del Oporto), sí puso contra las cuerdas al finalista de la Liga de Campeones. Al volver al Real Madrid tras su primera cesión en Osasuna, Javi García comentó que su estatus había cambiado: “Ya no me tratan como un niño”. En Lisboa nunca lo hicieron.
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