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Suspenso en filosofía

El Estudiantes toca fondo tras una errática política deportiva que ha relegado a la cantera

Faustino Sáez
Clark, tras consumarse el descenso del Estudiantes
Clark, tras consumarse el descenso del EstudiantesDiario As

Hace poco menos de un año, un arrebato de nostalgia recorrió las oficinas del Asefa Estudiantes. El equipo había concluido en 12º lugar con 16 victorias y 18 derrotas en la Liga y se había quedado a las puertas de la fase final de la Eurocup, pero a los gestores del club les supo a poco y decidieron dar un volantazo romántico al proyecto y despedir al técnico, Luis Casimiro. De nada le sirvió alcanzar los playoffs ligueros y disputar la Copa del Rey el curso anterior en pleno concurso de acreedores.

El club apostó por Pepu Hernández, entrenador colegial entre 1994 y 2005 y emblema de la institución. Al proyecto se sumaron el capitán, Carlos Jiménez, y Rodrigo de la Fuente, que debutaba con 35 años en el primer equipo tras salir del Ramiro de Maeztu con 18 años. Pero la idea pronto se torció. Con Pepu, el Estudiantes solo fue capaz de ganar seis partidos de 22 en la Liga. Flores, Wright y Simmons, que compartían agencia de representación con el técnico, resultaron un fiasco. Los dos primeros fueron despedidos junto a Pepu y, en plena cuesta abajo, se volteó la idea inicial, sintetizando en tres meses una deriva de varios años. Trifón Poch ganó cinco de los 12 partidos que dirigió, pero no llegó el milagro en el examen final y el suspenso fue insalvable.

Aíto: “Quizá sea la ocasión de hacer borrón y cuenta nueva y retomar la esencia”

“Quizá sea la oportunidad para hacer borrón y cuenta nueva”, analiza Aíto García Reneses, estudiante del Ramiro que se inició en el baloncesto en él y llegó a jugar cinco temporadas en el primer equipo del Estudiantes. “Hace falta un análisis profundo. El Estudiantes, el Joventut, el Barça e incluso el Madrid siempre han tenido una cantera muy buena. En ocasiones esa apuesta no da todos los frutos que se esperan, pero no se puede abandonar como prioridad ni alejarse de esa idea. Hay veces que se deja de creer en la cantera a pesar de ser la filosofía fundacional, pero estos clubes siempre tienen que volver a su esencia. Quizá sea un buen momento”, concluye.

“Se veía venir. El club apostó por símbolos y el romanticismo no deja la mínima opción para el fallo. Ahora hay que volver a construir el proyecto, tener clara la filosofía y empezar de cero”, cuenta Orenga, seleccionador español sub-20 y pívot colegial siete años.

Por la plantilla del Estudiantes han pasado este curso 18 jugadores. Once de ellos han completado su formación en la cantera, pero en la práctica el dato es menos idílico. Al margen de Jiménez, De la Fuente y Germán Gabriel, la presencia de los canteranos ha sido testimonial. Solo Granger, con 30 minutos de media, y Clark, con 15, han participado en una rotación descompensada en la que apenas ha habido noticias de Driesen, Jaime Fernández, Nogueira, Lobo y Edu Martínez. Llegaron al rescate Kirksay, Deane, Lofton y Bullock —cuatro estadounidenses, uno con pasaporte francés, otro con visado búlgaro—. Solo Kirksay alcanzó los 10 puntos de media de valoración. Todos ellos se sumarán a una larga lista de más de una docena de jugadores con una hoja de servicios intrascendente (Garnett, Sanikidze, Young, Lewis, Brewer, Welsch, Asselin, Ellis…) en los últimos seis años. Un periodo en el que el Estudiantes solo acudió a la cita con los playoffs en una ocasión —no faltó durante 16 años consecutivos, entre 1990 y 2006—. Un periodo en el que siguió desprendiéndose del talento de su cantera y en el que abrió la puerta a los foráneos que mejores prestaciones ofrecieron como Pancho Jasen, Caner-Medley, Pietrus o Popovic.

La última plantilla colegial que levantó un título, la Copa del Rey, en Vitoria en 2000, entrenada por Pepu, estaba integrada por diez canteranos (Azofra, Jiménez, Alfonso y Felipe Reyes, Gonzalo Martínez, Aisa, Robles, Muñoz, Asier García y Arranz) y dos norteamericanos solventes (Chandler Thompson y Shaun Vandiver).

Eran otros tiempos. “¡Somos un equipo de patio de colegio!”, gritaba orgullosa la Demencia tras consumarse el descenso. Ayer, el Ramiro de Maeztu se despertó triste, pero los 1.000 niños que crecen en sus 50 equipos siguieron lanzando a canasta confiados en la fortaleza de su filosofía.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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