Vallecas, del sueño a la pesadilla en un santiamén
El Rayo, con cinco derrotas seguidas y tras sumar solo tres puntos de los últimos 27, se asoma al precipicio del descenso
Hace 26 días, el Rayo estaba inmerso en un sueño que ahora amenaza con convertirse en pesadilla. La tarde del 7 abril, los chicos de José Ramón Sandoval lograban ante Osasuna la mayor goleada del conjunto franjirrojo en Primera en lo que parecía además el colofón a una meritoria temporada. El 6-0 ante el cuadro navarro superaba el máximo registro de la enciclopedia rayista, que databa de la campaña 1977/1978, cuando, entrenados por el uruguayo Héctor Nuñez, vencieron 6-1 al Cádiz.
Un festín sin precedentes que además servía a los vallecanos para alcanzar los 40 puntos en la tabla que a priori les otorgaban la permanencia de manera virtual. 12 puntos les separaban entonces del descenso, que marcaba el Zaragoza con 28 puntos. “Después de todo lo que veníamos viviendo días pasados, de las tres derrotas consecutivas y de todos los problemas extradeportivos, estamos muy contentos. Certificar la permanencia con un 6-0 es inmejorable”, se atrevió a declarar Michu, que aquella tarde sumaba dos goles más a su cuenta hasta alcanzar los 15. “Ahora, lo que tiene que hacer la afición es disfrutar después de lo que ha sufrido estos años”, remató.
Pero el mediapunta asturiano dejó de ver puerta y al Rayo se le bajó la persiana. Cinco derrotas consecutivas con un desolador balance de 15 goles en contra y tan solo dos a favor han situado al Rayo al borde del precipicio. Tres puntos le separan de los cocodrilos y el calendario pinta bastos. Este sábado los de Sandoval viajan a Sevilla, donde los de Míchel apuran sus opciones europeas, y en la última jornada reciben al Granada, todavía con deberes para huir de la quema. El Zaragoza espera en La Romareda a un Racing enfermizo y descendido y viaja a Getafe con los de Luis García despreocupados por cualquier contabilidad. Los de Vallecas parten con tres puntos de ventaja y tienen la diferencia de goles a favor respecto a los aragoneses.
Los de Vallecas, que viajan a Sevilla y reciben al Granada, parten con tres puntos de ventaja y tienen la diferencia de goles a favor respecto al Zaragoza
Llegaron a ser el equipo de moda, coquetearon con las plazas europeas visitando la octava plaza hasta en cuatro ocasiones y los jugadores y el entrenador se colocaron en un privilegiado escaparate que les situaban en todas las quinielas para reforzar a equipos de postín. “Nos hemos creído un poco más de lo que somos. Es triste llegar a los 40 puntos y, al final, tener que jugarte todo en tres jornadas. Es un palo muy gordo y hay que afrontarlo”, se despachó Sandoval tras caer goleado ante el Barcelona (0-7) hace cinco días, anticipando la agonía que se les avecinaba. Tras caer ante el Mallorca se apuntaron en la lista del drama junto a Granada, Villarreal y Zaragoza. “Hay que olvidar el pasado y pensar en estas dos finales que nos quedan”, cuenta Míchel en la idea de reconducir un rumbo que pasó del éxito a la deriva en un santiamén. Tan desproporcionado en la sorpresa de aterrizar sin complejos en Primera nueve años después de su descenso en 2003, tras cuatro años en 2ªB y otros cuatro en 2ª, como en la forma de despeñarse con 10 derrotas en los últimos 13 partidos.
“Es un palo estar así. Nos ha faltado alma”, reconocía Sandoval tras verle las orejas al lobo en Son Moix. “Hay que intentar que no nos pesen las piernas. Necesitamos tres puntos y lo importante es tener ahora la mente calmada, potenciar a los jugadores, no regañarlos, y ver si ante el Sevilla tenemos ese acierto y esa suerte que nos está dando la espalda”. La décima temporada del Rayo en Primera iba camino de la hazaña, pero puede acabar en chasco monumental. Su último mes no ha sido un mal sueño sino una pesadilla.
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