Duelo de alta tensión en El Molinón

A falta de tres jornadas para concluir la Liga, el Villarreal intenta transmitir calma. “Estamos a cuatro puntos del descenso. Quedan tres partidos difíciles para todos y dependemos de nosotros mismos”, argumentó Lotina, el técnico, aferrándose a unos números que para sí quisiera el rival de hoy, el Sporting, que tiene 34 puntos, como el Zaragoza, por los 38 del Villarreal. “Lo ideal hubiera sido llegar a dos puntos de ellos, pero estamos a cuatro, así que es un encuentro más decisivo para nosotros porque aún perdiendo ellos siguen metidos en la pelea”, admitió Javier Clemente, el entrenador de los de Gijón.

Sin embargo, en el entorno del Villarreal se respira cierto pesimismo. Sin ir más lejos, en el descanso del partido ante Osasuna, el sábado y con ventaja en el marcador, un miembro del club amarillo confesó los temores de todo el mundo: “Si no cerramos pronto el partido, nos meteremos nosotros mismos el gol del empate”.

El fatídico vaticinio se cumplió para el Villarreal (1-1), que tenía bien presentes los precedentes. En los tres últimos encuentros, el conjunto castellonense se adelantó en el marcador y terminó cediendo dos puntos, seis en total. Ante el Racing, en el descuento; a falta de cinco minutos frente a la Real y a un cuarto de hora del final fue Osasuna el que dejó sin el premio de la victoria a los amarillos.

“Por supuesto que en Gijón espero un ambiente complicado. Está claro que tenemos que saber jugar con la presión”, arguyó Lotina. “Mucha gente había dado por muerto al Sporting, pero sigue en la pelea”, recordó Clemente.