Cómo ser capitán, según Olazabal
“Me veo más Guardiola que Mourinho”, dice el golfista vasco, el segundo español, tras Ballesteros, que estará al frente del equipo europeo en la Copa Ryder
Una de las situaciones que más pusieron a prueba su temple en un campo de golf la vivió José María Olazabal en la Copa Ryder de 1999, en Boston. Jugaba contra Justin Leonard el partido decisivo, el golpe decisivo: si su rival embocaba su larguísimo putt y él fallaba el suyo, se acababa la competición con la derrota de Europa y el triunfo de Estados Unidos. Lanzó primero Leonard y acertó, pero, en vez de esperar a que Olazabal diera su putt como mandan las normas de buena educación, se volvió como loco, casi como un futbolista que acaba de marcar un gol decisivo, y empezó a dar saltos y a celebrarlo en el mismo green del hoyo 17 con sus compañeros. Desconcentrado y echando humo, Olazabal, obviamente, falló.
“Pero... no. No voy a usar esa historia para arengar al equipo”, dice Olazabal, quien 13 años después se encuentra con la misión de capitanear en septiembre al equipo europeo en la batalla de Medinah, la próxima edición de la Ryder, en la que Europa defenderá en Chicago un trofeo del que Olazabal no se separó ni un segundo durante una comida con la prensa, ayer, en Madrid. “Hay que entender que, en aquella ocasión, los de Estados Unidos partían como claros favoritos y durante toda la semana la prensa les había crucificado porque los europeos llegamos al domingo ganando por cuatro puntos. Así que no me extraña que explotaran de júbilo al remontarnos aquel día. Habían sufrido mucha presión...”.
Oído lo cual, tal muestra de deportividad, estaba clara la respuesta a la siguiente pregunta que lanzaron al vasco: “Cómo entrenador de equipo, ¿se ve más Mourinho o Guardiola?”. “Me veo más Guardiola”, dijo sin dudar el único español con Seve Ballesteros que ha ganado alguna vez un grande del golf. El segundo, también tras el gran cántabro, que falleció hace un año, que recibe uno de los encargos más honorables y deseados en el mundo del deporte, el de capitanear el equipo europeo de la Ryder. Un trabajo tan exclusivo que no lo querría aunque se lo propusieran de nuevo para la cita de 2014. “No aceptaría repetir por respeto a la gente que viene detrás”, dijo Olazabal, de 46 años; “gente que merece una oportunidad, jugadores como McDowell, Lawrie, Westwood, Jiménez..., que ya tienen más de 40 años y que saben que con más de 50 no hay capitanes Ryder. Hay muchos candidatos y pocas Ryder”.
Olazabal jugó su primera Ryder a los 21 años y formó junto a Ballesteros la mejor pareja de la historia del torneo. Reinventaron otra forma de jugarla. “Algo haremos para recordar a Seve en Chicago”, dijo; “ha sido una figura muy importante para el golf europeo y, sobre todo, para la Ryder. Fue grande por su espíritu de lucha, por su carácter, por su fe en que podíamos ganar a Estados Unidos, por la forma de hacérselo llegar a los jugadores...”.
También podría añadir Olazabal que Ballesteros fue una especie de maestro. “De él aprendí que no es tan importante lo que dices, sino cómo lo dices. Seve siempre tenía la última palabra. Los de Estados Unidos nos miraban por encima del hombro y él hacía hincapié justamente en eso para espolearnos”, dijo; “y para eso es un capitán: para saber transmitir con palabras los sentimientos, las experiencias vividas..., para que sepan lo que significa esta competición, para insuflarles carácter, pasión”.
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