La victoria que vale es la de Espargaró
El piloto español logra, gracias al reglamento y para infortunio de Márquez, su primer triunfo en Moto2 al cruzar primero la meta en la última vuelta consolidada antes de la bandera roja
Aleix Espargaró abandonaba el circuito de Jerez con una sonrisa de oreja a oreja: “No nos ha ido mal, ¿verdad?”. No tenía muy claro si estaba más contento por su fin de semana (terminó 12º la carrera de MotoGP como la mejor CRT) o por el de su hermano, Pol, de 20 años, dos menos, que logró su primera victoria en Moto2 en una prueba preparada para pilotos tan atrevidos como listos.
En esa definición entran el pequeño de los Espargaró y Marc Márquez, su rival por excelencia desde que ambos empezaran a batirse sobre dos ruedas cuando eran solo unos críos. En Jerez, Pol fue además el más rápido en entender que debía apretar los dientes y cruzar la meta el primero a partir de la 17ª vuelta, esa en la que se cumplen los dos tercios de la prueba y a partir de la que se puede dar por terminada la carrera si llueve.
Habían empezado a caer algunas gotas unos minutos antes. Así que Espargaró se puso a la faena. Poco después, el chaparrón se intensificó y Márquez se la jugó, ya con el asfalto mojado, con un adelantamiento en la última curva. Pero, tan pronto como ambos cruzaron la meta, la dirección de la carrera mostró la bandera roja. Márquez había llegado tarde. La última vuelta consolidada, la que completaron todos los pilotos, había sido la anterior. Y aquella, con Espargaró primero, era la que valía.
“Esto sabe a gran remontada, a éxito en la vida, a logro personal. Cuando he pasado a Marc, había decidido que era o todo o nada, aunque me fuera al suelo, pero no quería caerme...”, dijo Pol. Había recibido un consejo de Aleix, siempre pendiente de él: “Trae la moto de vuelta al box, que aquí se trata de sumar puntos”. Eso hizo. Además, ganó.
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