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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Rivalidad suicida

Nadie que sepa algo de fútbol puede poner en duda que Real Madrid y Barcelona son los dos mejores equipos del mundo

Thiago y Pepe discuten durante el clásico.
Thiago y Pepe discuten durante el clásico.AFP

“Siéntate en lo alto de una montaña, y observa cómo luchan los tigres entre sí”, dice un viejo proverbio chino de estrategia militar. Yo no sé si los entrenadores del Bayern y el Chelsea son aficionados a los refranes orientales, pero no cuesta trabajo imaginarse a Di Matteo y a Heynckes hace unas semanas charlando sobre la eliminatoria y confiando en que sus dos rivales en semifinales de la Champions acabarían destrozándose entre sí. Pues eso es lo que ha ocurrido. Creo que nadie que sepa algo de fútbol puede poner en duda que Real Madrid y Barcelona son los dos mejores equipos del mundo, muy superiores desde luego al Bayern y al Chelsea. Y hay cierto consenso en que la Liga española es la competición de mayor nivel, la más exigente.

Viendo los dos partidos del Camp Nou y del Bernabéu, resulta evidente que los dos equipos quedaron exhaustos

En este escenario, los equipos de Mourinho y Guardiola se enfrentan cada fin de semana a rivales de categoría y, además, muy motivados, a contendientes para los que vencer a los dos grandes equipos supone mucho más que conseguir tres puntos. Algo que a final de temporada, como ahora estamos, acaba pasando factura. Pero si a ello se le une lo que el azar, o un calendario mal pensado, ha propiciado este año, el resultado puede acabar siendo letal, como de hecho ha ocurrido. Porque viendo los dos partidos del Camp Nou y del Bernabéu, resulta evidente que los dos equipos quedaron exhaustos, física y mentalmente, tras su duelo de Liga; que después de aquellos intensos 90 minutos habrían necesitado un tiempo de descanso adicional. La experiencia nos dice que dos viejos adversarios acaban pareciéndose y compartiendo la misma suerte. En este caso, Madrid y Barça perdieron sus eliminatorias en casa, en partidos agónicos que comenzaron muy bien y luego se torcieron. Y, en un alarde de simetría, viendo cómo sus dos estrellas fallaban sendos penaltis.

Puestos a imaginar, tampoco cuesta trabajo suponer a Heynckes y a Di Matteo viendo el partido del sábado en el Camp Nou, y disfrutando doblemente: por el magnífico espectáculo de fútbol que los dos equipos ofrecieron, y porque, como aconseja el proverbio chino, los fieros tigres con los que debían enfrentarse se estaban haciendo trizas entre sí.

Alfredo Pérez Rubalcaba es secretario general del PSOE.

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