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“El resultado no es pésimo”

Mourinho dice que no quiere criticar al árbitro pese a que el primer gol debió ser “anulado” y alega que cambió a Özil por Marcelo porque vio “difícil” que el Madrid pudiera ganar

Diego Torres
Mourinho, tras cambiar a Benzema.
Mourinho, tras cambiar a Benzema.ANDREAS GEBERT (EFE)

En el fútbol suele ganar el equipo que más dispone del balón, el que más remata a puerta o el que menos faltas necesita hacer para controlar los partidos. Esa era la regla general hasta que apareció José Mourinho. El entrenador del Madrid ha creado un lenguaje nuevo para interpretar el juego. Quizá por eso lo primero que dijo ayer cuando habló en público fue que su equipo fue derrotado contra toda lógica. “El resultado más justo habría sido el empate”, afirmó; “pero el fútbol es así. El que marca gana y el partido terminó poco después de que el Bayern metiera el 2-1”.

El Bayern ganó porque marcó más goles. Esta es una regla que, por el momento, se mantiene. También fue el equipo que más pases buenos dio (395 por 319) y el que más tuvo el balón (58,8% por 41,2%). Los datos estadísticos parece señalar que el conjunto alemán acabó metiendo al español en su campo, pero Mourinho suele hacer lecturas trascendentales según códigos que solo él y sus allegados manejan. Desde esta perspectiva que sus mejores amigos definen como única, producto de una mente privilegiada para leer los imponderables del juego, el técnico entendió que con el 1-1 tenía la eliminatoria ganada y resolvió que convenía cerrarla como quien da un portazo. Cuando le preguntaron por qué había jugado para empatar, sobre todo a partir del cambio de Özil por Marcelo, dijo: “El Madrid siempre juega para ganar. Ha sufrido un gol a balón parado. En el segundo tiempo marcamos el 1-1 y queríamos ganar, pero piensas que es difícil. Cometíamos muchos fallos, muchas pérdidas del balón… Además, el primer gol fue en fuera de juego claro. El árbitro debió anularlo. Pero no lo critico. No fue el tipo de error que yo critico en un árbitro”.

“No estamos obligados a una remontada histórica. Solo a una victoria normal”

A Mourinho le preguntaron por qué cambió a su mejor jugador de ataque por un defensa y acabó juzgando los errores arbitrales. La decisión del técnico recordó a otras muchas que ha tomado de esta clase, cuando se ha visto con una ventaja que defender. El precedente más llamativo se remonta a los octavos de final contra el CSKA, en Moscú, cuando procuró cerrar el partido con una victoria parcial (0-1) metiendo a Albiol junto a Xabi Alonso y Khedira en el medio campo. El resultado final fue un 1-1. Entonces, como ayer, el trivote no sirvió para salvaguardar a Casillas, sino todo lo contrario.

Cuando interrogaron a Jupp Heynckes, el técnico del Bayern, sobre el cambio de Özil, el alemán dijo: “Los entrenadores hacemos estas cosas. En el Madrid, con la calidad que hay en el banquillo, lo normal es sustituir a Özil si está cansado y él estaba cansado”. Heynckes observó que Özil estaba cansado. Lo que evitó comentar es que Kaká, su relevo natural, no disputó ni un solo minuto.

“El resultado no es pésimo”, alegó Mourinho; “no nos obliga a una remontada histórica ni a lograr números locos. Solo debemos ganar con un marcador normal. Además, el equipo va a contar con el respaldo de una afición que pienso que va a querer ayudar como ayudaron aquí los aficionados del Bayern”.

El portugués admitió que algunos de sus jugadores no están en su mejor forma. “Estamos en abril”, dijo, “y el equipo ha llegado hasta aquí tras muchos partidos exigentes, obligado siempre a ganar. Es normal que algún jugador no esté a tope. Son las condiciones normales, teniendo en cuenta el calendario. Y, aunque tendremos que jugar la vuelta tres días \[en realidad, cuatro\] después del clásico, el equipo estará bien para la vuelta”.

"También se puede discutir si la amarilla a Marcelo debió ser roja”, replicó Heynckes

Heynckes suele teñirse de rojo, como un farol chino, cuando se pone un poco nervioso. Así se tornó el rostro del técnico del Bayern cuando le preguntaron cómo pensaba plantear el encuentro del Bernabéu, considerando que el 2-1 le sirve para pasar a la final. “Iremos a jugar de acuerdo con nuestra filosofía”, avanzó; “esto significa que no vamos a renunciar a ir a generar ocasiones y a marcar goles. Vamos a ir al ataque. Creo que estamos en condiciones de meter más de un gol en el Bernabéu. No soy amigo de la mentalidad puramente defensiva. Aunque ya he dicho que hay que tener un buen equilibrio entre la defensa y el ataque. En ese sentido, Schweinsteiger no estuvo brillante en el gol de Özil. Pero no meteremos el autobús en Madrid”.

Le preguntaron a Heynckes si compartía con Mourinho la opinión de que el árbitro había estado desacertado concediendo el gol a Ribéry. “Siempre hay decisiones discutibles”, opinó; “se puede discutir si la tarjeta amarilla a Marcelo debió ser roja. Pero creo que en el gol de Ribéry el árbitro tomó la decisión adecuada validándolo. He jugado algunas semifinales contra equipos italianos que han sido batallas que no siempre se han ajustado a las normas. El partido de esta noche no es el caso”.

Ajeno a la polémica, Özil abandonó el estadio pronunciándose con su habitual moderación. No quiso entrar al trapo cuando le preguntaron si con él en el campo el Madrid no habría perdido. En cambio, fue rotundo en su pronóstico: “Sé que volveré a Múnich para jugar la final”.

Robadas botas y camisetas del vestuario blanco

La noche empezó para el Madrid con el robo de seis pares de botas y tres camisetas de su vestuario y acabó con el tanto de Mario Gómez en el último minuto del encuentro. Antes del partido, el club madridista sufrió un robo entre su material. El gran objeto de deseo fue Cristiano Ronaldo, que vio cómo hasta tres pares de las botas y una camiseta de la ropa sustraída le pertenecían. Otras de las elásticas eran de Özil y Benzema. En su cuenta de Twitter, Eladio Paramés, portavoz de Mourinho, comentó: “Es una vergüenza. No nos intimidan. Somos el Madrid. Con o sin botas”.

El robo fue un mal presagio para los jugadores blancos y el Madrid sufrió la primera derrota de este curso en la Liga de Campeones. El equipo madridista sumaba hasta su visita a Múnich 11 partidos invicto y no acababa un duelo con el marcador en contra desde las semifinales de la pasada edición, contra el Barcelona. Fue el 27 de abril de 2011, hace casi un año, cuando dobló la rodilla en el estadio Bernabéu por 0-2, también en la ida de la penúltima ronda de la competición.

Los datos estadísticos jugaban además a favor del Bayern después del gol inicial de Ribéry. El conjunto bávaro nunca ha perdido en la Liga de Campeones cuando se ha adelantado en su estadio: 45 victorias y siete empates. La segunda diana, de Mario Gómez, convirtió al grupo de Jupp Henyckes en el tercer equipo que derrota este curso al Madrid, tras el Barcelona y el Levante.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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