“Me siento fuera de lugar”

Jaime Alguersuari no es por casualidad el debutante más joven (19 años, cuatro meses y tres días) en la fórmula 1. Basta una corta charla con él para darse cuenta de que su bagaje va muy por delante de los 22 años que cumplió hace menos de un mes. Cuando, a su edad, la mayoría aún está terminando los estudios para lanzarse después al mundo laboral y tratar de encontrar algún hueco de los pocos existentes hoy por hoy, él ya ha tenido la oportunidad de medirse a las estrellas más brillantes del automovilismo, a pilotos de la talla de Michael Schumacher, Fernando Alonso o Lewis Hamilton, por nombrar algunos, y de hacerse un nombre como pinchadiscos, su otra pasión, como Squire, la traducción al inglés del apellido heredado de su madre, Escudero.

Todo ese áurea de triunfador, de niño prodigio de las carreras que le ha acompañado desde que tuvo un volante en las manos con apenas cinco años, se halla en suspenso desde que Red Bull le comunicara a finales de diciembre que no contaba con él como miembro de Toro Rosso, el segundo equipo que posee Dietrich Mateschitz, el propietario de la marca de bebidas energéticas más famosa. La noticia dejó al español medio noqueado. Básicamente, porque unas semanas antes había recibido la confirmación de su continuidad y porque apenas quedaba tiempo para encontrar algún asiento que le medio satisficiera.

Consciente de su juventud, Alguersuari se ha embarcado en una nueva aventura como analista para la emisora de radio de la BBC, británica, y hace un par de semanas se hizo público su acuerdo con Pirelli, suministrador de neumáticos único del Campeonato del Mundo, como piloto de pruebas y desarrollo, un nuevo papel que, dice, debería ayudarle a volver a saltar dentro de un bólido tanto por los conocimientos acerca de los compuestos como por su aún fresca experiencia competitiva.

A pesar de ser la más complicada de su vida, el barcelonés siente esta etapa como enriquecedora porque le ha permitido darse cuenta de lo que es esta disciplina cuando uno no está metido en el engranaje de un equipo y tiene que verla desde la barrera. “Es alucinante. Cuando formas parte de una escudería, no te das cuenta de lo que ocurre fuera del garaje. Vas a lo tuyo, sigues el programa a diario y no piensas en nada más”, reflexiona. “El año pasado era uno de los protagonistas y ahora me siento como si lo que hay allí”, dice señalando a los talleres, “no tuviera nada que ver conmigo. Andando por el paddock vestido así, con la ropa de la BBC, me siento completamente fuera de lugar aunque me han recibido muy bien y es un placer trabajar con ellos. Este no es mi sitio. Soy bastante tímido y me da reparo meterme en las carpas de los equipos a comer aunque me inviten”.

Lo de 2011 fue raro. Toro Rosso me aseguró que seguiría y luego cambió de opinión”

Tras la primera carrera, en Melbourne, Giacomo se fue un par de días a Sidney antes de volar hacia Malasia, la segunda cita del calendario, que este fin de semana se retoma en China. Allí le dio vueltas a todo. “Tengo claro que voy a volver para demostrar a la gente que soy un ganador. Quiero hacerlo por todos aquellos que han confiado en mí y por los que no lo han hecho. Lo que ocurrió en 2011 fue algo raro. No es normal lograr 26 puntos con un Toro Rosso, que me digan que me he ganado el derecho a seguir y que luego cambien de opinión inesperadamente. De todas formas, eso ya ha quedado atrás”, añade Alguersuari, que, además de compaginar sus nuevas funciones en la BBC y Pirelli, disputará algunas pruebas del Mundial de karting para mantener el instinto y la tensión competitiva.

En el pasado Gran Premio de Brasil, la última prueba del Mundial de 2011, recibió un ofrecimiento de uno de los equipos punteros para correr este año, pero los mensajes que le habían llegado de Red Bull y las ganas de devolver a los gerifaltes de la marca del búfalo rojo la confianza depositada en él desde los 16 años le hicieron rechazar una oferta que ahora espera que vuelva a producirse.