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“Ver golf es lo mejor para la resaca”

El creador de Kukuxumusu, como espectador, es de la grada más universal: la televisión

Juan Cruz
Mikel Urmeneta
Mikel UrmenetaTOMÁS ONDARRA

Lo define muy bien su amigo Andreu Buenafuente, con el que ha estado en mil juergas y otros acontecimientos culturales o mediáticos: “Urmeneta es el último rey de Navarra que vive voluntariamente en el exilio”.

El exilio del creador de Kukuxumusu (“beso de pulga”, en euskera) es Nueva York y el resto del mundo, pero su pueblo es Pamplona, Navarra; ahí está su reino, y ahí vuelve siempre como volvía Pedro Páramo a Comala, a ver si él sigue ahí.

En Pamplona creó en 1989 una de las firmas más importantes del textil dibujado. Sus camisetas son la expresión de su espíritu: un niño grande que lleva una barba valleinclanesca y oculta sus ojos grandes detrás de unas ojeras que no le vienen tanto del alcohol que se hace en su tierra como de la melancolía con la que su espíritu burlón vive la noche.

Una vez, hace cinco años, le dijo aquí a Karmentxu Marín que hacía “cero deporte”. Es verdad a medias, como casi todo lo que dice cuando se ríe o hace bromas en el blog que mantiene, contra viento y noches, en elpais.com. Practicó deporte en su juventud, “tenía buena nota en gimnasia, era buen saltador de altura; con catorce años saltaba 1.75, y eso no está nada mal…”

No, no está nada mal. Pero hacía más. “Jugaba al trinquete en la finca de unos amigos; con pala de madera y pelota de goma, una especie de squash a lo bestia”. Ahí, como en casi todo (él dice que es “mal fotógrafo, más escritor, mal pintor…, todo malo”), “era malo de solemnidad. Pero saltaba muy bien, eso sí que lo hacía bien… En el trinquete rebota mucho la pelota, de modo que tienes tiempo para pensar lo que tienes que hacer, de modo que era un deporte muy para mí. Te daba tiempo para simular que sabías”.

Yo iba al frontón, el fútbol me gustaba menos, aunque lo veo por televisión, el mejor sitio para hacer deporte"

Así que como era tan malo se dedicó a ver, dejó de practicar. Iba al frontón, a ver pelota. Y no iba al fútbol, “el fútbol me gustaba menos, aunque lo veo por televisión. La televisión es el mejor sitio para hacer deporte”. Aunque navarro y de buen saque (lo vi comerse un arroz con su amigo Buenafuente junto al mar de Ibiza: daba gusto verlos), “a mí me pasa con el deporte como con la cocina. Me encanta ver en la tele a Karlos Arguiñano cocinando, y me encanta comer lo que cocina, pero sería incapaz de hacer algo en esos fogones. Con el fútbol pasa lo mismo. Me gusta verlo en la tele, pero entrar en el campo me da una pereza que ya te imaginas…”.

Así que, como espectador, es de la grada más universal. “Ahí, en la grada de la tele, me gusta ver golf; es lo mejor para cuando tienes resaca. Practicarlo es aburridísimo, pero si estás perjudicado por el alcohol resulta muy relajante. Ahí los ves, parecen excursionistas paseando por los campos… Creo que he jugado un par de veces al golf. Y sí, también relaja aunque no tengas resaca”.

El beso de La Pulga

Mikel Urmeneta lo ha hecho todo casi jugando. Con sus socios ("que son más serios que yo") dio forma en 1989 a una ocurrencia: recurrir al más simple de los inventos yanquis ("pues la camiseta es yanqui, como todos los inventos prácticos") para poner en marcha una industria que ahora es mundial. "Es la prenda más cómoda, y no solo para hacer deporte. Y además te sirve para llevar mensajes, "promocionas algo vistiendo una idea, no tan solo una camiseta". Una prenda muy sencilla que iguala a todos, y que él bautizó Kukuxumusu porque así se dice en euskera el beso más humilde, el que se dan las pulgas, un nombre que encaja con el mejor jugador del mundo.

Le sigue gustando el atletismo…, “verlo en casa… Las pruebas de velocidad, de longitud, de altura… Y me atrae mucho la gimnasia, la masculina y la femenina”. ¿Y el fútbol? “Bueno, el fútbol es una obligación estética ahora, con ese Barça y con ese mago que es Messi…” Sufrió cuando Osasuna cayó estrepitosamente ante el Madrid, hace poco, y sufre cuando Osasuna pierde… Esa catástrofe ante el Rayo. “Es que soy de Pamplona, el equipo une mucho... Osasuna es un equipo fuerte, me gusta su juego, es capaz de una presión brutal. Pero ya ves lo que pasa. Contra el Madrid no sufrí solo por mi equipo, sino por el Barça, pues cuanta más presión se le haga al Madrid mejor le viene a los azulgrana”.

Su camiseta íntima es la de Osasuna, claro; pero su empresa ha diseñado para muchos equipos. Para el Barça, para el Alavés, para el Espanyol… Y no camisetas canónicas; una de las que diseñó para el Barça, por ejemplo, “fue la de un casteller del que sobresalían los futbolistas más conocidos, y al final, claro, la figura de Messi sosteniendo el escudo del equipo”.

Le gusta la camiseta del Barça, “esas barras azules y granas, es la más original y la más bonita a primera vista”. ¿Y la del Athletic de Bilbao, esa es muy hermosa. “Me gusta la de hace setenta años, pero no me disgusta la de ahora. Y me gusta mucho que la vayan cambiando, que vuelvan de vez en cuando a las dimensiones del pasado; yo estoy a favor de los cambios, pero los cambios también pueden ser hacia atrás y funcionar”.

Yo estoy a favor de los cambios, pero los cambios también pueden ser hacia atrás y funcionar"

Entre todas esas camisetas que ahora disputan una liga que precisa “más riña”, Urmeneta selecciona una que tiene en la cabeza desde chico: la del Rayo Vallecano. “Me encantaba esa raya rotunda y cruzada, roja, que se ha mantenido siempre así. Es de una fidelidad estética emocionante”.

Así que el fútbol no le gusta, pero al final… “¿Cómo te vas a sustraer… La culpa es del Barça. Lo que ha hecho es impresionante, ha metido en el fútbol también a aquellos a los que el fútbol le ha resultado indiferente… Es plasticidad y belleza, y ética; eso llama la atención, hacer bello lo competitivo”. ¿Eso lo lleva al campo? “No, no, déjame delante de la tele. En el campo hay mucho mogollón, y el mogollón de gente me aburre muchísimo. Me gustan ver en directo, si voy, los deportes en los que la gente no grita: el golf, el tenis, donde hay menos forofismo”.

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