“¡Que no la toque Ibrahimovic!”
La retaguardia azulgrana apela a la anticipación y a evitar el cuerpo a cuerpo para defender al sueco en su vuelta al Camp Nou
Ibrahimovic se la tiene jurada al que llama “filósofo” Guardiola. El delantero sueco no pierde la ocasión de criticar al técnico cada vez que se cruza con un representante del Barcelona. Hay crónicas que cuentan que el miércoles pasado, durante el control antidopaje, el ariete se topó con Puyol y de nuevo expresó su menosprecio hacia el entrenador. Hubo un momento, pocos días antes de que fuera traspasado al Milan, en que los directivos del Barça temieron que Ibra le soltara un guantazo a Guardiola. El propio futbolista admite en una biografía que su ira llegó al extremo de golpear una taquilla del Madrigal cuando supo que había perdido la titularidad en favor de Bojan. No entendía su situación, y menos las decisiones del técnico, que optó por generar las mejores condiciones para el triunfo de Messi. A Ibrahimovic le ponen nervioso los entrenadores como Guardiola y a Guardiola le sacan de quicio jugadores como Ibrahimovic. A cambio de prescindir de Eto’o, el técnico cargó con Ibra, y a día de hoy ya no juegan ni el uno ni el otro, ni tampoco Bojan.
Abarca mucho espacio y sus controles son asombrosos” Gerard Piqué
El rey es Messi. Actúa el Barça sin un delantero centro clásico y, en cambio, el Milan tiene seguramente al más completo en la figura de Ibrahimovic. “Hay que defenderle por anticipación, impedir que controle la pelota, porque en cuanto la tiene resulta decisivo porque utiliza su enorme cuerpo, toda su carrocería, mete sus codos, y asiste o gira y remata”, coinciden los técnicos azulgrana. “A pesar de tener un físico imponente, es rápido y ágil, y prefiere rematar con los pies que con la cabeza”. Piqué le defendió bien en San Siro y las ayudas de Mascherano resultaron también importantes. Ningún defensa pudo evitar, sin embargo, que Ibracadabra dejara de cabeza para Robinho, que tiró mal nada más empezar el partido, y solo la intervención de Valdés impidió que un remate de zurda de Ibra alcanzara la red.
Piqué, y también Puyol, así como Keita y Abidal, tuvieron una buena relación con Ibrahimovic en el Barça. “Técnicamente es un delantero impresionante y de ahí la dificultad de marcarle”, admite Piqué. “Abarca mucho espacio y sus controles son tan asombrosos como la facilidad que tiene para armar el disparo con precisión y dureza desde cualquier sitio”. Y remacha: “Si controla la pelota y se gira, tienes un problema, y no es fácil anticiparte porque protege muy bien el cuero. Y es verdad, prefiere bajar la pelota a rematar con la cabeza. Es tan alto [1,95m] que las toca todas”. Puyol entiende que la solución es “evitar el cuerpo a cuerpo porque es más fuerte y duro que la mayoría de zagueros. La defensa de Ibra es una cosa de todo el equipo y no de un jugador. Hay que tenerle lejos del área y evitar que le lleguen buenos balones. Si no, toca anticipar o aguantar”.
Es un trabajo para todo el equipo. Hay que tenerle lejos del área” Carles Puyol
El gol que el sábado marcó Robinho al Catania es un fiel reflejo del juego de Ibrahimovic. El sueco recibió el cuero de espaldas a la portería y con dos toques, uno para controlar y el segundo para asistir, puso al brasileño frente al portero. El catálogo de recursos técnicos de Ibra es muy variado y su facilidad para enfadarse está también muy contrastada en las múltiples anécdotas que ha protagonizado en los distintos equipos en que ha estado (Malmoe, Ajax, Juventus, Inter, Barça y Milan). Vencedor en las diferentes Ligas, su obsesión continúa siendo ganar la Champions. Hoy visita el Camp Nou por vez primera desde su salida del Barça después de un año de estancia. El día de su presentación como azulgrana, la afición acudió en masa a recibirle —se contaron 55.000 espectadores—, cosa lógica si se tiene en cuenta que ha sido el fichaje más caro en la historia del club: 66 millones.
Todo cuanto rodea a Ibra parece excesivo. “Messi representa el talento, mientras que Cristiano es producto del gimnasio”, afirmó el sueco antes de partir de Milán. Ibrahimovic estaba convencido de que si podía jugar junto a Messi el Barça no necesitaba entrenador, y menos Guardiola. “Lo que sabemos es que el primer balón, por su altura y fuerza, será suyo; lo que hay que evitar es que lo juegue”, cerró Guardiola.
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