La batalla por el número 1

Los tenistas dividimos la temporada ATP en cinco partes, que coinciden con el cambio de superficie después de los grandes torneos (Key Biscayne, París, Wimbledon, Nueva York y final de temporada). En este primer bloque los grandes suelen posicionarse arriba para ya no bajar de los puestos de honor; si acaso, se los intercambian. Si echamos una ojeada a la race de este año, comprobaremos cómo esto está sucediendo. Ahora mismo lidera la race Djokovic, seguido de Federer, Nadal, Murray y Ferrer. Los jugadores no solemos dar mucha importancia a esta clasificación hasta que termina Wimbledon; ese es un buen momento para darte cuenta de si se están cumpliendo los objetivos o no.

Mi visión de lo que hemos visto hasta el momento de temporada es la siguiente:

La victoria en Miami ha sido un puñetazo en la mesa de Djokovic

Djokovic sigue estando a un altísimo nivel, si bien no alcanza la perfección del año pasado, cuando dejó el listón a una altura imposible de superar. Fue una sorpresa su derrota contra Isner en Indian Wells y no tanto la que sufrió ante Murray en Dubai, pero el Masters 1.000 de Miami, que ha ganado con autoridad, ha sido un puñetazo encima de la mesa del serbio. Su distancia respecto a sus perseguidores empieza a ser importante, lo que le convierte en favorito para terminar el año como número 1.

Federer sigue sorprendiendo a casi todos. Podría catalogarse como accidente su derrota ante Roddick, pero en los demás torneos en que ha participado ha estado sobresaliente. El año pasado fui espectador de su derrota en Miami ante Nadal por 6-3 y 6-2. Por cómo se desarrolló el partido y por su actitud después del mismo, cuando estuve charlando con él pensé que podría estar cerca de su final y que sus tiempos de rivalidad con Novak y Rafa ya habían pasado. Nada más lejos de la realidad: Federer sigue deleitándonos con su tenis.

La gran diferencia del Roger actual con el que arrasaba hace 7 años no es su nivel sino el tiempo que es capaz de aguantar la inspiración, lo que antes hacía con facilidad. Su gran reto, además de los Juegos Olímpicos, es recuperar el número 1, aunque sean solo dos semanas, ya que está a solo una del récord histórico de Sampras. Es difícil pero factible.

Nadal está disputando una muy buena temporada. Lástima la final en Australia

Nadal está disputando una muy buena temporada. Lástima la final en Australia, donde su rivalidad con Djokovic pudo sufrir un punto de inflexión y se le escapó el título por centímetros. Quiere seguir mejorando y evolucionando, tal y como demuestra el hecho de añadir unos gramos de plomo en su raqueta para buscar más golpes ganadores. Cuando se recupere de los dolores en la rodilla que no le permitieron entrar a la pista con Murray volverá a aspirar a lo máximo. Esto es clave para el segundo bloque de la temporada, donde se concentran los torneos de tierra batida. Si consigue salir número 1 después de París, tendrá posibilidades de terminar en lo más alto.

Murray sigue con los altibajos a los que nos tiene acostumbrados. Alterna grandes torneos con derrotas inesperadas. Ha reforzado su banquillo con uno de los mejores tenistas de la historia, Ivan Lendl, quien antes de ganar su primer Grand Slam perdió cuatro finales. Murray lleva tres. Si mejora ese aspecto mental, su primer título en un grande no debería estar muy lejos.

David Ferrer merece mención especial. Sigue conviviendo con estos cuatro monstruos, y esto no es nada fácil. Igualar el quinto puesto conseguido el año pasado debería ser la meta. Ha empezado la temporada de manera espectacular, consiguiendo la victoria en tres torneos. La lucha por esa quinta posición estará más reñida si cabe, ya que jugadores que se lesionaron mucho en años anteriores (caso de Raonic, Tsonga y, especialmente, Del Potro) están, por el momento, sanos y sin lesiones.

También es significante la mejora de Almagro en pistas rápidas, porque esta superficie era su talón de Aquiles hasta ahora. Si consigue más regularidad, participar en las finales del ATP World Tour de Londres en noviembre debería ser el objetivo.

Me sorprende que siga sin haber un recambio generacional claro entre los 20 primeros. Se echan en falta varios tenistas que seguramente estarán ahí pronto, como Tomic, Harrison o Dimitrov.

Sigo viendo muy difícil que los grandes torneos los gane alguien que no sea de los top 4. Para que un jugador del 5 hacia atrás gane uno de esos torneos tiene que imponerse generalmente a tres de esos top 4, o a dos, si alguno de ellos ha caído prematuramente, y esa es una tarea que se me antoja casi imposible.