El Inter despide a Ranieri horas después de ratificarlo

Si hay una combinación de palabras que pronostiquen generalmente lo contrario de lo que representan son: “Ratificamos nuestra confianza en el técnico”. Sonaron ayer en boca de Massimo Moratti, el presidente del Inter, acerca de la continuidad de Claudio Ranieri tras la derrota frente al Juventus (2-0) y terminaron transformándose en un escueto comunicado de despido. “El FC Internazionale agradece a Claudio Ranieri y a su cuerpo técnico su profesionalidad y los esfuerzos en los meses en los que han estado con el equipo”, reza la nota.

Su ya exequipo vive inmerso en una crisis de personalidad tras cosechar seis derrotas en los últimos diez partidos, que lo han situado fuera de los puestos europeos, en la octava plaza de la Serie A, a 22 puntos del liderato. Una situación doméstica igual de sangrante que la andadura del conjunto italiano en las competiciones europeas, donde quedó apeado de la Liga de Campeones por el Olympique de Marsella. Una eliminatoria en la que empezaron a fraguarse los primeros rumores de despido. El técnico romano, de 61 años, y que sustituía en el cargo a su compatriota Gian Piero Gasperini, llegó a reconocer durante un partido contra el Atalanta (0-0), que Diego Forlán se había negado a saltar al campo en la posición en la que le había ordenado, ya que "ese no era su sitio". Lejos de reprocharle la decisión, elogió el arrojo del uruguayo, de lo que se desprendía más si caba la distancia existente entre la plantilla y el técnico.

Tras la marcha de Ranieri, el club neroazzurro ha comunicado que Andrea Stramaccioni, entrenador de los juveniles del club hasta la fecha, se hará cargo del equipo hasta final de curso. Un campaña que de mantenerse dentro de la tendencia actual podría pasar a la historia del club como uno de los cursos más aciagos en sus 104 años de existencia.