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TENIS | MASTERS DE MIAMI

Garbiñe no le teme a nada

Muguruza, que no está entre las 200 mejores, tiene 18 años y juega invitada por el torneo, tumba a Zvonareva, la número nueve

J. J. Mateo
Muguruza en el torneo de Miami.
Muguruza en el torneo de Miami. AL BELLO (AFP)

En Miami, cosas de los acuerdos comerciales y los intereses de los agentes, un caso sorprendente: Garbiñe Muguruza, tenista de 18 años que jamás ha jugado un cuadro grande de la WTA y que no está entre las 200 mejores del planeta (208), recibe una invitación para participar en el torneo. En dos días, sin embargo, la española explica por qué IMG, su patrocinador, le pone una alfombra roja para participar en una cita que organiza esa misma compañía: primero, gana a la japonesa Morita, y luego, hoy, tumba 6-4 y 6-3 a la rusa Zvonareva, la número nueve del mundo. Hacía casi dos años que una española no ganaba a una de las diez mejores sin que esta se retirara.

“A los 18 años, es una jugadora de mentalidad y juego muy agresivo, valiente, a la que le gusta dominar los puntos”, explica por correo electrónico Xavier Budó, entrenador del grupo Elitia, en el que se alinean esa tenista guipuzcoana y Silvia Soler, que eliminó (7-5 y 6-3) a Kanepi, la número 34. “Creo que su patrón de juego va en consonancia con lo que exige el circuito WTA tour en la actualidad: ataque, potencia y alto ritmo de juego”, sigue. "Tiene buena envergadura, es alta y tiene y busca el golpe ganador por los dos lados".

Tradicionalmente, los torneos reparten sus invitaciones entre los tenistas locales, estadounidenses en este caso, para atraer al público. Wimbledon, por ejemplo, y como recuerdan fuentes conocedoras del funcionamiento de los despachos del circuito, se llena cada año de británicos desconocidos. Que las grandes agencias de representación y márketing se hayan consolidado ya como propietarias de torneos ha provocado el nacimiento de una segunda categoría de invitaciones: la de las reservadas para promocionar a los representados de la agencia que posee el torneo, tengan o no nombre, atraigan o no al público, y sean o no del país en el que se disputa la cita. Así se cierra un círculo virtuoso. El tenista tiene la oportunidad de sumar unos preciados puntos para subir en el ránking. La agencia, por su parte, le promociona y empieza a hacerle un nombre con la esperanza de que en el futuro se consolide en el circuito y el estrellato del márketing.

“A Garbiñe le da la invitación IMG, multinacional que la representa y que es la organizadora del evento”, argumenta Budó. “¿Extraño? Es una buena oportunidad para su formación”.

“Los agentes apuestan por la gente a la que fichan”, recuerdan fuentes consultadas por este diario. “Así, por ejemplo, en el torneo de Barcelona (IMG) se le dio wild-card a Marcelo Ríos cuando no era nadie”.

Ríos llegó a número uno mundial. Es imposible saber qué será en el futuro de Muguruza. Su victoria ante Zvonareva, en cualquier caso, demuestra dos cosas: su pericia y los vaivenes del circuito femenino. La número nueve se inclinó ante la 208 del mundo.

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Sobre la firma

J. J. Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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